De cuando los baches te pasan la factura de amortiguadores y no sabes cuándo cambiarlos

Hay varios componentes de los automóviles que están sujetos a mitos debido a la poca información que llega al usuario común, Uno de ellos es el amortiguador. Existe un sin número de opiniones respecto a cuándo deben de ser reemplazados.

Como parte de la suspensión, el amortiguador cumple con dos funciones básicas: Absorber los impactos producidos por las irregularidades del camino y mantener las ruedas del auto en contacto permanente con el piso, otorgando respuesta inmediata a las variaciones de dirección, aceleración y freno.

La mayoría de fabricantes recomiendan el cambio de los amortiguadores de suspensión cada 65,000 kilómetros.

Si eres muy cuidadoso con tu auto lo mejor, como mantenimiento preventivo, es reemplazar los amortiguadores cada vez que cambies las llantas del coche.

Pero como a la gran mayoría, nuestra cartera no nos permite ser tan quisquillosos respecto a servicios preventivos y muchos no somos especialistas en mecánica. Te vamos a hacer la vida un poco más fácil dándote algunas señales que indican que los amortiguadores de tu auto pasaron a mejor vida y pueden poner en peligro la tuya:

Cada que tu auto se elevado en la rampa de tu taller de confianza es buen momento para solicitar a tu técnico de confianza que realice una inspección visual. Si alguno de estos síntomas está presente, no dudes, solicita el reemplazo de amortiguadores.

Desgaste irregular en las llantas

Síntoma inequívoco de que al amortiguador ya no realiza su función propiamente. Este desgaste se provoca por el rebote de la llanta durante la aceleración o el frenado. También conocido como tire cupping, este es un síntoma inequívoco de que debes substituir los amortiguadores de inmediato.

Derrame de líquido

Si alguno de los amortiguadores presenta huellas de derrame de líquido provenientes de la base del vástago o sello, este es síntoma de que el amortiguador ha llegado al fin de su vida útil. Recuerda que los amortiguadores, como los zapatos en las personas, deben substituirse por pares.

Golpes

A pesar de ser capaz de soportar una gran carga de peso, el amortiguador está indefenso ante golpes laterales. Cualquier abolladura o huella de golpe en el cuerpo del amortiguador es motivo suficiente para que solicites su cambio.

Huellas de desgaste irregular

Si, por ejemplo, detectas que la pintura del amortiguador está desgastada por roce contra alguna otra pieza, es evidente que algún componente está dañando la pared del amortiguador. En este caso la revisión debe ser más profunda porque ningún componente de la suspensión debe rozar pero también debes substituir el amortiguador.

Marcas en el vástago

El vástago del amortiguador es una parte vital en el funcionamiento del componente. Cualquier huella o marca desgastara prematuramente partes vitales del amortiguador. No dudes en solicitar el cambio si detectas este síntoma.

Inclinación excesiva al frenar, girar o acelerar

Estos síntomas ponen en evidencia que la suspensión ha perdido su especificación original. Si repentinamente la suspensión de tu auto es más suave de lo normal, es momento de llevar el auto al taller y probablemente de que el auto requiere de amortiguadores nuevos.

La recomendación más importante que te podemos hacer es: Elige siempre un amortiguador de marca reconocida que te brinde la mejor garantía. Tu seguridad es más importante que un precio bajo y muchos amortiguadores de precio accesible resultan más caros por mano de obra por cambio y o accidentes por fallas. Y nunca utilices componentes reconstruidos ya que no cumplen con las especificaciones del fabricante.

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