La "guerra comercial" entre Estados Unidos y China continúa. Sin llegar a los niveles de prohibición que impuso la Casa Blanca a empresas como Huawei, el ejército del gigante asiático toma la decisión de impedir que los autos de Tesla circulen en sus instalaciones por miedo a que sean utilizados como herramientas de espionaje.
China realizó una revisión de seguridad a los modelos de Tesla. Según sus hallazgos, las cámaras utilizadas para conducción autónoma y asistencias de manejo podrían grabar el entorno continuamente e incluso enviar videos cortos o ubicación al fabricante estadounidense.
Dado que China no puede tener control sobre la información que los vehículos envían a Tesla, las autoridades hicieron un llamado a su ejército y a empleados de gobierno a no utilizar vehículos de Tesla en zonas militares, con el fin de evitar la filtración de información nacional confidencial.
La noticia destapa una conversación sobre lo que supone para la privacidad que autos con conexión a internet tengan micrófonos y cámaras —Tesla incluso tiene un programa voluntario de observación a conductores en la cabina—. También pone sobre la mesa la posición de Tesla ante China, que es el mercado de autos eléctricos más grande del mundo.