A Mazda le gusta nadar a contracorriente de vez en cuando. Es una de las marcas que se ha aferrado al tamaño de sus motores cuando la tendencia apunta a propulsores más pequeños, y ahora nos sorprende transformando su SUV eléctrico en un vehículo con motor de combustión interna. Sí, el Mazda MX-30 estrena una versión con motor a gasolina.
La gama del MX-30 crece en Japón con una versión a la que se le extirpó el motor eléctrico para reemplazarlo con uno de 2.0 litros a gasolina. Este motor, compartido con MX-5 o CX-3, recibe un ligero grado de electrificación mediante un sistema microhíbrido (mild-hybrid) de 24 V. En total genera 148 hp y 150 lb-pie.
Desde el momento de su lanzamiento en octubre, durante el Auto Show de Tokio, se hablaba de la posibilidad de encontrar un motor de combustión interna en el futuro del Mazda MX-30, sin embargo, el planteamiento original no era utilizarlo para impulsar las ruedas, sino usarlo como generador para cargar la batería: un eléctrico de rango extendido.
La versión totalmente eléctrica del Mazda MX-30 lleva un motor de 143 hp y 200 lb-pie, alimentado por una batería de 35 kWh. Mazda argumenta que su autonomía de tan solo 200 kilómetros se debe al tamaño de la batería; una más grande contaminaría tanto como un coche diesel por más de 40,000 kilómetros por el mero hecho de haber sido fabricada.
Una de las peculiaridades del MX-30 es que su motor eléctrico fue programado para desarrollar la potencia de manera progresiva, de manera similar a un motor de combustión interna. En los próximos meses sabremos bajo qué configuración llegará a América —la idea de un eléctrico de rango extendido sigue sonando— y si hay planes para esta versión con motor de 2.0 litros fuera de Japón.