Uno de los hot hatch más aclamados y preferidos por los fans del tuning es el Mazdaspeed3, un hot hatch que optó a sólo llevar lo necesario para enfocar todo en su manejo. Desafortunadamente desde hace dos generaciones no ha regresado a pesar de ser muy esperado por los fans de la marca. Hoy recordaremos a este héroe japonés.
Enfoque en el conductor, sin tanto peso en los acabados
Actualmente cuando hablamos de Mazda, hablamos de autos de volumen que hacen lo posible por hacer creer al cliente que tienen un producto más apegado al segmento premium que al tradicional. Esto en definitiva no está mal, pues el dar esa sensación será algo satisfactorio para quien lo conduzca y puede ayudar a que sea más placentera su estadía con el auto y la marca.
Hace unos años Mazda no tenía tanta carga en esa área, simplemente había más peso a ser un producto confiable y accesible con un buen manejo como algo extra en los modelos más grandes. Sin embargo, el buen pasado deportivo de la marca había sido suficiente para que en algún momento se fundara Mazdaspeed, la división deportiva encargada de ofrecer modelos para los entusiastas de la conducción y sensaciones puras.
Con ello en mente y un par de modelos legendarios antes. En 2006 se presentó al Mazda Mazdaspeed3 o Mazda 3 MPS (Mazda Performance Series), un hatchback de cinco puertas basado en el Mazda 3 de primera generación y que tomaba prestado detalles de su hermano mayor el Mazdaspeed6.
Este primer hot hatch destacó por hacer del manejo su enfoque principal. Bajo el cofre lleva un motor turbo de cuatro cilindros de 2.3 litros que producía 263 hp y 280 lb-pie de par, acoplado a una caja manual de seis cambios que enviaba el poder sólo al eje delantero. Con este motor era capaz de hacer el 0 a 100 km/h entre 5.5 y 6.0 segundos.
De serie llevaba un diferencial de deslizamiento limitado, control de tracción, control de estabilidad, frenos ABS y varias mejoras que ayudaban a hacerlo más rígido, como puede ser las barras estabilizadoras, suspensión y amortiguadores. Su motor y capacidades, hicieron que poco a poco se ganara un lugar entre la comunidad del tuning.
Con su segunda generación hubo varias cosas que se mantuvieron y otras que mejoraron. Para empezar el motor siguió siendo el mismo, aunque con una programación en la computadora y relaciones ajustadas para la transmisión. Una de sus características era que le entrega de poder siempre era abrupta, aún cuando dentro de las primeras tres marchas hubiera un control unido al acelerador, turbo y dirección para evitar que el turbo diera la compresión máxima y así garantizar un mejor despegue sin patinar las llantas, aún así era conocido por tener una buena cantidad de torque steer —al acelerar de golpe, tendía a irse un poco de lado al tratar de controlar el poder—.
El modelo de segunda generación también adoptó un nuevo lenguaje de diseño, al cual muchos criticaron por su parrilla que lucía como una sonrisa gigante. Dentro de los detalles estéticos otra cosa emblemática de este auto fue la toma de aire en el cofre del Mazdaspeed3 de segunda generación.
Dicha toma era completamente funcional y servía para llevar más aire al intercooler, que en este auto estaba postrado sobre el motor y no delante de él como sería más común verlo.
Este auto siempre será recordado como un hot hatch que además de estar bien equipado, siempre priorizó la conducción y las sensaciones puras, aunado a eso sus capacidades lo colocaban al nivel o por encima de algunos nombres con mucho peso e historia en su segmento. Desafortunadamente, la ruta que comenzó a seguir Mazda no dio más lugar para que el Mazdaspeed3 regresara en su tercera y cuarta generación, aunque actualmente se rumora que el Mazda 3 tendrá una versión con motor turbo, aunque no para ser un Mazdaspeed, más bien para ser una versión Signature.