Antes de comenzar, hagamos un ejercicio muy sencillo, viajemos al pasado algunos años, más o menos por allá entre 2008 y 2013. Ahora pensemos en MazdaSpeed, lo primero que te vendrá a la mente probablemente sea; un hatchback, motor turbo, y caja manual de seis cambios, en pocas palabras, un auto cuya configuración está enfocada hacía lo deportivo.
Todo eso y un poco más, es lo que llegó a ofrecer Mazda con el modelo MazdaSpeed en las dos primeras generaciones de su vehículo estrella, el Mazda 3. Sin embargo con el paso de los años, la marca japonesa fue enfocándose más en el confort que en el performance deportivo, desapareciendo la opción de un motor turbocargado en el Mazda 3.
Algunos años después, la marca decide traer de nueva cuenta este tipo de motorizaciones para la cuarta generación del Mazda 3, solo que en este caso, la nomenclatura deportiva quedó totalmente en el olvido.
Juntamos a los turbos
Aprovechando la visita del recién presentado Mazda 3 Signature en su versión sedán, ese que presume un motor turbocargado bajo el cofre y tracción en las cuatro ruedas, decidimos tener también en el garaje a un invitado muy especial, el MazdaSpeed 3, y así realizar una breve comparativa entre ambos modelos, ver sus principales diferencias y cómo ha pasado el tiempo para el modelo más popular de la marca nipona.
MazdaSpeed 3
El invitado especial es la primera generación del MazdaSpeed 3, esa que se vendió durante los años 2008 y 2009 en México. Este modelo proponía deportividad no solamente en el apartado mecánico, ya que en apariencia lucía algunas diferencias evidentes respecto a la versión normal. Un parachoques delantero diferente, luces de niebla con otro diseño, rines de 18 pulgadas, spoiler trasero y una salida de escape más grande y por ende más ruidosa. La ausencia del quemacocos se debía al ahorro de peso para esta versión.
Lo interesante de este coche no solamente era la parte estética, sino que la configuración mecánica era lo que lo volvía relevante. Proponía un bloque de cuatro cilindros y 2.3 litros, turbocargado con 263 hp y 281 lb-pie de torque, acoplado a una transmisión manual de seis velocidades y por supuesto tracción delantera.
Está configuración le permitía competir con otros hot-hatch del segmento, como el Focus RS, Golf GTI o Megane RS, entre otros. Algo que definitivamente hace destacar al MazdaSpeed 3, es su puesta a punto enfocada en un manejo mucho más purista, ya que al ser de tacto rígido tanto en suspensión, embrague y dirección, entrega una sensación de mayor deportividad, siendo la tercera marcha y la entrada del turbo, donde comenzaba la fiesta con este modelo.
Mazda 3 Signature
Al contrario del MazdaSpeed 3, el Mazda 3 Signature no ofrece grandes diferencias estéticas respecto a las versiones con motor naturalmente aspirado, limitándose solamente a rines en color negro, carcasas para los espejos laterales también en color negro y un pequeño estribo lateral.
Claro, hay que aclarar que el lenguaje de diseño del Mazda 3 actual, es de las propuestas más atractivas estéticamente hablando y agregarle mayores distintivos podría no resultar del todo adecuado ya que podría romper con lo espectacular de su diseño.
Por otro lado, la propuesta mecánica del Mazda 3 Signature, también es bastante atractiva, su motor de cuatro cilindros y 2.5 litros turbo, entrega 227 hp y 310 lb-pie de torque, acoplados a una transmisión automática de seis velocidades y tracción en las cuatro ruedas. Al volante comprobamos una vez más que Mazda no se enfoca en un manejo deportivo, sino que apuesta totalmente por el confort, entregando una marcha que apuesta por la comodidad, es ágil cuando se requiere, pero sin llegar a ser un auto deportivo.
Una vez mencionadas, cuales son las diferencias entre un modelo y otro, dinámicamente hablando, vayamos ahora al interior de cada modelo para seguir con nuestro recorrido.
Por dentro
Situados en el interior del MazdaSpeed 3, volvemos al año 2009, donde los interiores no presumían enormes cantidades de tecnología y grandes pantallas, sino que encontramos un habitáculo sencillo, bien logrado en términos de diseño y con lo necesario para un vehículo de su categoría.
Además de la presencia de costuras en color rojo para volante, forro de palanca y asientos, que por cierto son de corte deportivo y bastante cómodos contrarrestando la rigidez de las suspensi´ón, encontramos un cuadro de instrumentos totalmente análogo, volante multifunción, aire acondicionado automático y un sistema de sonido con seis bocinas firmado por Bose, dicho sistema puede escucharse a través de un lector de seis discos con MP3, radio satelital o bien a conectando un dispositivo con el conector auxiliar de 3.5 mm, ya que no hay puertos USB o conectividad Bluetooth.
Fuera de lo anterior, la calidad de manufactura y selección de materiales, es bastante buena, ya que a pesar de los años, ha envejecido correctamente y se ha mantenido en óptimas condiciones, algo que no sucedería si la calidad no fuera correcta.
Ahora bien, regresando a la actualidad, la actual generación del Mazda 3, al igual que en el exterior, por dentro también apuesta por el minimalismo y con una carga tecnológica suficiente. Basta ver el cuadro de instrumentos, el cual cuenta ya con una pantalla digital compartida con dos reglajes análogos y al centro, pantalla de 8 pulgadas, compatible con Apple CarPlay y Android Auto, sistema de sonido Bose con 12 bocinas.
Aquí el confort y la calidad son más que evidentes, debido a que la marca busca una experiencia más premium en sus productos actuales, siendo el actual Mazda 3, un claro ejemplo de ello. Habrá que esperar al igual que el modelo 2009, algunos años para ver que tan bien ha envejecido.
No perdemos las esperanzas
Somos muchos los que durante años pedimos el regreso de la nomenclatura deportiva, sin embargo en más de una ocasión, la marca japonesa fue tajante con un rotundo “No”. Sin embargo, a cambio decidió traer de vuelta los motores turbo para su vehículo compacto, calmando un poco a los entusiastas de MazdaSpeed, mismos que todavía no quitamos el dedo del renglón, esperando que en algún momento Mazda recapacite y nos de una grata sorpresa.