Cuando el SLK llegó al mercado en 1996 revolucionó la manera en la que vemos a los roadsters modernos gracias a su techo duro retráctil. Por mucho no fue el primer auto en utilizar un techo de esta naturaleza, pero sí fue el primero que lo hizo realmente bien. Desafortunadamente todo parece indicar que su sucesor, el SLC, será el próximo vehículo de Mercedes que desaparecerá de su portafolio, sin un sustituto real en el horizonte.
El SLC está siendo víctima de un problema que ha creado la misma marca, hay demasiados modelos que al parecer son innecesarios. El SLC cae dentro de un mercado de nicho que al parecer es muy pequeño y no es rentable para la marca seguir fabricándolo cuando puede ocupar ese espacio para hacer más SUV o más modelos de entrada para atraer a clientes más jóvenes. Parece que los SUV no sólo están invadiendo todas las marcas, también los están haciendo cambiar su estrategia de comercialización, y el SLC será una víctima de esto.
El modelo base cuenta con un motor 1.6 litros turbo con 155 caballos de fuerza y la versión tope es el SLC 43 AMG con un V6 turbo de 3.0 litros con 360 caballos de fuerza. A pesar de sus capacidades dinámicas, el SLC pertenece a un segmento que de por si es pequeño, tomando en cuenta la competencia que tiene dentro de la marca, es difícil que sobreviva un año más.
Al parece la marca ya cuenta con demasiados roadsters, por lo que planea dejar al AMG GT Roadster en sus diferentes versiones como su único auto en este segmento y hacer del SL un 2+2, dejando al Clase S convertible como el tope de gama de sus autos decapotables. Habrá que ver como Mercedes reacomoda su portafolio de productos para dar entrada a todavía más SUV. Hay que darle al público lo que pide, aunque no sepa lo que está pidiendo.
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