Chevrolet Onix 2023, a prueba: ahora viene desde China, ¿aún vale la pena? 🤔

El Chevrolet Onix 2023 es la gran apuesta de GM en una de las categorías más importantes de México, la de los sedanes subcompactos. Onix se enfrenta a otros superventas, como Nissan Versa y KIA Rio, pero su abanico de rivales abarca a casi una decena de modelos. Para hacerles frente, en 2023 modifica su estrategia, cambia su país de origen y adapta su gama. ¿Sigue valiendo la pena? Lo tuvimos a prueba.

En video

El Chevrolet Onix se fabricaba en México hasta hace algunos meses, pero GM tomó la decisión de ocupar su lugar en la línea de producción para fabricar más SUV con destino a Estados Unidos. El Onix ahora llega a México desde China, y a nivel negocio fue una movida inteligente: cubre mejor la alta demanda de SUV en EE. UU. y mejora la disponibilidad de un modelo de alto volumen para México.

¿Qué cambia para el Chevrolet Onix 2023? Poco a simple vista; bastante si lo miras a profundidad. A nivel diseño no hay prácticamente nada nuevo, salvo por esta versión tope de gama, que ahora se llama Premier Redline. Estrena detalles rojos en contraste, emblemas oscurecidos y acabado negro brillante para rines de aluminio de 16" y carcasas de espejos.

Al interior no cambia la calidad

Al interior nada parece diferente, y esa es una buena noticia para los que pensaban que, al venir de China, el Onix bajaría de calidad. Encontraremos los mismos plásticos y los mismos acabados. No brilla precisamente por refinamiento, pero encaja con el estándar de la categoría. Hay piezas rígidas por doquier, incluso en zonas donde se agradecería un acabado más acolchado, como el descansabrazos central. Esta versión incluye acabado bitono beige para asientos, puertas y tablero.

Lo que mejor impresión deja a bordo es el sistema de infotenimiento. Conserva la pantalla de 8" con una interfaz bastante atractiva, fácil de usar y con gráficos de buena resolución. Es compatible de forma inalámbrica con Android Auto y Apple CarPlay, e incluye los servicios de OnStar.

Como puedes ver, a grosso modo nada ha cambiado, aunque en las especificaciones de equipamiento sí hay algunas diferencias. Respecto al Onix Premier anterior, el nuevo estrena quemacocos, encendido automático de faros y cabecera central trasera, pero se despide del climatizador automático, del cargador inalámbrico para teléfonos, de los puertos USB traseros y del ajuste de profundidad para el volante. Los gráficos de la computadora de viaje también lucen más sencillos.

El resto del equipamiento queda compuesto por llave inteligente, vidrios eléctricos de un toque en las cuatro puertas, sensor de reversa, cámara de visión trasera —que apunta demasiado al piso—, controles al volante, seis airbags y control electrónico de estabilidad. Es importante mencionar que el equipamiento de seguridad se mantiene sin cambios: conserva el equipo completo en todas las versiones.

En lo que respecta a espacio, como sedán familiar deja un buen sabor de boca, sobre todo al tener en cuenta que se trata de un subcompacto. Hay buen lugar para piernas y rodillas, aunque sólo suficiente para cabeza; personas de más de 1.80 m quizá lleguen a rozar el techo. La cajuela, por su parte, ofrece una muy buena capacidad de 469 litros, aunque sólo se puede abrir desde el control remoto o desde la palanca al interior; no hay un mecanismo para abrirla desde la tapa.

La diferencia más importante está en el motor

Antes el Chevrolet Onix ofrecía un motor turbo de 1.0 litro para las versiones LS y LT, y uno —también turbo— de 1.2 litros para la versión Premier. A partir de ahora, este motor de 1.2 litros desaparece de la gama, dejando como única opción turbo al de 1.0 litros, que se incluye en versiones LS, LT y Premier Redline, pero sólo con transmisión automática. Todos los Onix manuales se despiden del turbo, en favor de un motor más sencillo: uno de 1.3 litros de 101 hp y 96 lb-pie. Esas versiones son, sin duda, las que más resentirán la diferencia de desempeño.

En esta versión Premier Redline, la diferencia de poder es mucho más sutil. Me atrevería a decir que en el 80% de los casos no se llega a extrañar el motor de 1.2 litros, porque el de 1.0 litro se comporta muy bien. Desarrolla 116 hp y 129 lb-pie, dando como resultado un sedán ágil y más rápido que la media de la categoría. Tiene buen punch, con un poco de turbolag, pero nada que llegue a incomodar.

Es cierto que antes llevaba un motor más poderoso, pero en el día a día no marca una diferencia importante. Quizá en carretera es donde se llegue a extrañar algo más de potencia, sobre todo al rebasar o al llegar a velocidad de autopista, para no forzar tanto al motor, pero eso no significa que este motor turbo de 1.0 litro no cumpla para salir de viaje. De hecho, el Onix —automático— me parece el modelo más apto para carretera en su categoría al ser el único con motor turbo.

En lo que respecta a sensaciones de manejo, el Chevrolet Onix 2023 se nota como un auto desarrollado para países donde el asfalto no está en buenas condiciones. En zona de topes y baches absorbe bien los impactos, aunque algunos hoyos se escuchan más de la cuenta, no por un tema de amortiguación, sino de aislamiento acústico. Es uno de sus márgenes de mejora.

Al volante sus reacciones son bastante suaves. La dirección es ligera, ideal para ciudad, aunque se agradecería algo más de firmeza a altas velocidades para tener una mejor sensación de conexión con el auto. Entendido como un sedán familiar, su manejo convence; es rápido, pero más orientado al confort que a la diversión.

Finalmente, en lo referente a consumo, el Chevrolet Onix 2023 muestra uno de sus puntos más fuertes. En ciudad promedié 12.5 km/l, un rendimiento bueno para la media de la categoría. Onix no sólo está entre los subcompactos más rápidos, sino también entre los más eficientes.

¿Qué concluímos del Chevrolet Onix 2023 para México?

Aun con este giro de estrategia, el Chevrolet Onix sigue siendo uno de los modelos más recomendables de su categoría. Siendo quisquillosos quizá sí haya cosas que extrañemos del Onix que se fabricaba en México, pero en general no hay algo radicalmente diferente que lo vuelva menos competitivo. Excepto, claro, el motor de las versiones manuales.

La versión Premier Redline que probamos no es precisamente barata. Tiene un precio de 394,400 pesos, ligeramente por encima de la media de su categoría, aunque interesante por el motor turbo. Al final, entre sus rivales hay tantas opciones, que cada modelo se adapta a un tipo de necesidad. Onix sigue la línea de espacio, equipamiento, rendimiento y, sobre todo, desempeño.

Sus dos competidores más difíciles son Nissan Versa Platinum y Mazda2 Sedán Carbon Edition, que se quedan atrás en cuanto a potencia —y quizá hasta en espacio— pero incluyen asistentes de conducción avanzados para mayor seguridad, mejores acabados interiores y algo más de equipamiento. Hay para elegir.

En Motorpasión México aceptamos vehículos de prueba sólo con fines editoriales. No aceptamos contenido patrocinado a menos que sea claramente especificado como tal.