El Volkswagen Beetle ha labrado su propio camino en el difícil y a veces cruel mundo automotriz. Desde su concepción en el estudio de Simi Valley en el año 1994 de la mano de J. Mays, hasta su presentación mundial en el Auto Show de Detroit de 1998, el entonces conocido como New Beetle fue un auto destinado a dejar una huella en el ambiente automotor.
Aunque el diseño del Concept 1 estuvo claramente inspirado en el legendario Volkswagen Escarabajo, el Beetle no fue el sustituto del vocho. Ese punto quedó aclarado durante la conferencia de prensa celebrada en la planta Volkswagen de Puebla, donde se anunció que el New Beetle sería fabricado en nuestro país.
En ese entonces, Jens Neumann, CEO de Volkswagen of America, lo comentó: “El sustituto del Volkswagen Escarabajo fue y siempre ha sido el Volkswagen Golf, que llegó al mercado durante la primera mitad de la década de los 70”.
No. El Volkswagen Beetle no era el sustituto del vocho, pero sí fue un muy merecido homenaje al Auto del Pueblo, al vehículo que puso sobre ruedas a Alemania, un país que se estaba levantando de entre las ruinas originadas por la Segunda Guerra Mundial.
Y fue precisamente esa nostalgia la que provocó que la primera generación del New Beetle se vendiera con gran éxito en casi todo el mundo. Al New Beetle de techo rígido le siguió la versión descapotable, así como algunas ediciones especiales, de las cuales no hablaremos en este post.
Llega la segunda generación del Beetle
Cuando el primer ciclo llegó a su fin. Volkswagen se puso a trabajar y de esta forma la segunda generación del Beetle llegó en el 2011 y trajo consigo muchos cambios. Comenzando porque a partir de ahora se llamaría simplemente “Beetle”, divorciándose del “New”.
Además, su diseño cambió drásticamente. Dejó atrás las típicas formas redondas que tanto habían agradado al mundo y adquirió un diseño aún más Escarabajo, con una caída posterior más pronunciada y un cofre largo que se extendía generosamente hacia el frente.
Al estar construido sobre la plataforma del Volkswagen Golf de sexta generación, el nuevo Beetle presume un mayor espacio interior, lo cual queda de manifiesto al observar su generosa anchura.
La llegada del Beetle de segunda generación vino acompañada de una intensa campaña de publicidad que incluyó medios impresos, digitales e incluso apariciones en programas de televisión de gran renombre y audiencia.
Uno de los primeros modelos especiales de la segunda generación que vio cristalizada la etapa de la producción en serie fue el Beetle Dune, un modelo concebido para rendir homenaje a los míticos Baja Bugs de la década de los sesenta.
Beetle Dune, sus argumentos para cautivarte
La idea de Volkswagen con el Dune es ofrecer un modelo campero, ideal para la aventura a a cielo abierto, en caminos difíciles y divertidos. La idea es buena, pero creemos que pocos se atreverán a llevar su Beetle Dune a terrenos agrestes y es que seamos sinceros, una cosa es llevar un vocho a la terracería, con su bien compacta carrocería, sus rines de acero de 15 pulgadas y su construcción sólida, a llevar un flamante Beetle Dune, ataviado con su exclusiva pintura Yellow Sandstorm.
De esta forma, preferimos no “buscarle ruido al chicharrón” y mejor dimos una buena manejada en ciudad para probar este auto. A nivel exterior lo primero que llama la atención es precisamente el color, uno de los cuatro que están disponible para nuestro país.
Las diferencias con respecto al modelo de serie se centran básicamente en los detalles estéticos del exterior, comenzando por las molduras de color negro que cubren las cuatro salpicaderas y la zona baja de las puertas. Volkswagen se esmeró en brindar una apariencia más alta, aunque en la realidad no lo sea tanto.
¿Y cómo lo hizo? Echando mano de algunos trucos visuales, como por ejemplo, las fascias que cuentan con placas de deslizamiento de aluminio, que si bien no son suficientemente fuertes para proteger la parte baja del auto, son muy vistosas y dan la impresión de que el auto es más alto.
Además, las molduras de los nuevos faros de niebla y las direccionales fueron colocadas en una posición ligeramente más alta en relación al modelo de serie y con ello, el Dune luce una posición “Baja”.
Sí, el Beetle Dune nos gustó... y no sólo a nosotros
Siendo sinceros, el Beetle Dune es un auto que llama mucho la atención. A su paso, el auto arrebata una que otra mirada. Otro de sus atractivos es la suspensión, que en este modelo aumentó diez milímetros, de ahí que para muchos sea un auto ideal para la aventura. Pero espera, no te dejes llevar por esa cualidad, porque de verdad que este auto no es para manejar a campo traviesa, claro, a menos que estés dispuesto a dañar alguno de los flamantes rines de 18 pulgadas, cuyos brazos dobles fueron pintados al color de la carrocería.
La parte posterior es particularmente atractiva, gracias al alerón de generosas proporciones que enfatiza el carácter deportivo de este auto y que gracias a su posición ayuda a que el vehículo se vea más alto. La cereza del pastel es la doble salida de escape.
Interior, un Beetle con mucho sabor a Vocho
El interior del Beetle Dune es similar al modelo de serie, excepto por algunos detalles que gritan a los cuatro vientos que estás a bordo de una edición especial. Por ejemplo, la palabra DUNE en la parte baja del volante, el cual, por cierto, tiene una base ligeramente plana que obedece más a funciones estéticas, que a funcionales.
Los acabados del interior son, como cabe esperar de un vehículo de este precio, de excelente calidad. La pequeña guantera ubicada del lado derecho es otra reminiscencia del vocho, tanto por la forma, como por su capacidad de almacenaje, pero no te asustes, debajo de ella, se encuentra la guantera “de verdad”, que si bien no es enorme, ofrece mayor capacidad.
Los detalles exclusivos continúan con los instrumentos de medición ubicados sobre el tablero, las molduras con acabado negro piano y otras partes del tablero que lucen el mismo tono de la carrocería. Ciertamente el interior del Beetle Dune es muy amplio al frente y un poco más reducido en la sección trasera ¿otra reminiscencia del Escarabajo?
Los asientos tipo Sport, son calefactables y ofrecen una combinación de tela con leatherette. Un detalle particularmente atractivo son las costuras en tono amarillo, que repiten en el freno de mano y en el volante. El techo panorámico te ayudará a tener luz suficiente en tus travesías por ciudad o por carretera. Otro toque deportivo está representado por los pedales de aluminio cepillado.
Una característica más a resaltar es el equipo de audio, firmado por Fender y que ofrece una calidad remarcable. Claro, tampoco debemos olvidar que el diseño interior del Beetle, en forma de domo, ayuda a que la acústica sea excepcional.
Considerando que es un auto fabricado en México, pero que se exporta a otros países, principalmente Estados Unidos, Volkswagen dotó a su Dune con una completa carga tecnológica que comprende el sistema multimedia MIB II con una pantalla táctil de 6.5 pulgadas, desde la cual se puede controlar el sistema CarPlay.
Si deseas vincular tu smartphone, tienes a la mano puertos USB o el mismo Bluetooth. Los sistemas Apple CarPlay, Andorid Auto o MirrorLink te ayudarán a tener una completa conexión con tu teléfono celular y a muchas de sus funciones, como escuchar música en línea, acceder a los mensajes de texto o contestar y realizar llamadas sin la necesidad distraer la mirada del camino. Otra gran ventaja es poder encender el auto sin necesidad de usar la llave.
La navegación a través del sistema multimedia es fácil y muy intuitiva. Los comandos de voz no son los más avanzados, pero cumplen con su tarea. El primer descalabro viene cuando metes reversa y descubres que el Beetle Dune cuenta con asistencia de estacionamiento, pero no con cámara de visión trasera. Si estás muy acostumbrado a este sistema, pero no a las caderas anchas del Beetle, seguramente te tomará un tiempo acostumbrarte a estacionarlo, guiándote sólo con señales sonoras.
Volkswagen Beetle Dune es un auto divertido y muy veloz
Bajo el cofre, Volkswagen Beetle Dune cuenta con el confiable motor turbo, 2.0 litros,de cuatro cilindros e inyección directa, que oferta unos saludables 210 caballos de fuerza, con un torque de 280 Nm.
Es un impulsor que ha demostrado con creces su valía y que sin duda, hace muy divertido el manejo del Beetle Dune. Para evitar ese ligero retraso que se siente al oprimir el pedal del acelerador cuando manejas con una transmisión automática, lo mejor es pasar al modo manual de la transmisión DSG de 6 velocidades.
Es entonces cuando el Beetle Dune demuestra de qué está hecho. Su conducción es óptima y el motor impulsa ágilmente este auto que pesa más de una tonelada. Los asistentes de seguridad hacen muy bien su labor: ABS, sistema de asistencia para el arranque en pendiente (HHC), sistema de bloqueo electrónico del diferencial deportivo (XDS), sistema de control de tracción (ASR) y sistema de control electrónico de estabilidad (ESC).
Créeme cuando te digo que los 210 caballos de fuerza son más que suficientes para percibir el manejo deportivo del Beetle Dune, no necesita más porque es un auto concebido para el manejo deportivo. Incluso, si en algún momento dejaras libre al Indiana Jones que llevas dentro y te lanzas a la terracería, el motor nunca te decepcionará y mucho menos la dirección electrohidráulica.
El sistema de frenos que incluye discos en las cuatro ruedas (ventilados en la sección delantera) cumple su labor de forma muy efectiva. El aumento de la distancia al piso no interfiere en nada al momento de tomar las curvas, Beetle Dune se sujeta muy bien al piso, gracias en gran parte a que ha sido equipado con una suspensión deportiva McPherson al frente y trasera Fourlink.
El paquete de seguridad del Beetle Dune se complementa con bolsas de aire frontales y laterales para conductor y pasajero, cierre automático de seguros a partir de los 15 km/h y corte de alimentación en caso de impacto.
El Beetle Dune no es un vehículo barato, pero si consideramos el equipo con el que cuenta, su diseño y prestaciones, bien vale la pena desembolsar por él los más de 400 mil pesos que cuesta, sobre todo si tú eres un gran fan de la marca y de su mítico Escarabajo.
8.6
A favor
- Proyecta una estupenda imagen off-road
- El motor conjuga muy bien con el tamaño y peso del auto
- La calidad del equipo de audio excelente
En contra
- Una cámara de reversa sería gran idea
- Por el precio, bien podían haberle implementado más mejoras. Son casi cien mil pesos de diferencia contra el Beetle más equipado.
Versión probada | Dune | ||
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Cilindrada | 1,984 cm³ | Tracción | Delantera |
Bloque motor | 4 cilindros turbo | Capacidad de la cajuela | 284 litros |
Potencia máxima (hp @ rpm) | 210 hp @ 6200 rpm | Consumo en ciudad | 12.6 km/l |
Par máximo (lb-pie @ rpm) | 206 lb-pie @ 5,200 rpm | Consumo en carretera | 19.6 km/l |
Peso | N.D. | Consumo mixto | 15 km/l |
Velocidad máxima | N.D. | Emisiones de CO2 | 157 g/km |
Aceleración 0-100 km/h | 6.5 s | Capacidad del tanque | 55 litros |
Transmisión | DSG de 6 velocidades | Precio | 406,900 pesos |
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