Suzuki Baleno, a prueba: Una receta que sacia el apetito de más espacio que podría dejarte Swift

El Suzuki Swift es como una rica hamburguesa, tiene buenos ingredientes y un precio adecuado. No es una delicia gourmet preparada por Gordon Ramsay, pero tiene calidad suficiente para que pienses en que tu comida podría ser esa diario. Eso sí, es una hamburguesa pequeña que a veces te deja con hambre, hambre de espacio. Por ello Suzuki encendió de nuevo la parrilla, corrió por más pan, carne y demás para prepararnos otra "hamburguesa". Una a la que le podrías decir la Swift Doble con extra queso... aunque más bien recibe el nombre de Suzuki Baleno. Acompáñame a conocer su receta para México.

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Nuevo en México, pero con historia en otros mercados

Primero algo de contexto: El Suzuki Baleno no es un producto de desarrollo reciente, lleva un par de décadas en el mercado y esta es su segunda generación, misma que se lanzó en Europa, Asía y algunas zonas de Latinoamérica en 2015. Es uno de esos productos de acceso pensados para tener ciclos generacionales largos en los que destaca la durabilidad. En 2019 recibió un facelift que lo pone más al día y que sinceramente hace que tenga un buen atractivo desde todo ángulo.

Siendo sincero, me gusta lo que veo, y en esta variante GLX, la más completa, tendrás elementos como faros LED, rines de 17” en doble tono, una dosis extra de detalles cromados en parrilla, filos de ventanas, manijas y medallón.

Si le pones más atención a su diseño podrás notar que hay un gran parecido con el Swift de generación pasada, de hecho algunos dicen que es un Swift gordito y hay algo de razón; mira el diseño de faros, calaveras y parrilla. La razón es que esta generación de Baleno se estrenó un par de años antes de que el Swift evolucionara, por lo tanto conserva muchos detalles compartidos con el modelo anterior.

Con eso claro también notaras que su silueta es más redonda, ancha y alta. Es justo eso lo que le da su característica principal, el espacio extra, aprovechando cada milímetro para crecer la habitabilidad en cabina.

Se ve compacto por fuera, pero por dentro abunda el espacio

El Suzuki Baleno mide 3.9 metros de largo, es decir 15.5 cm más que un Swift, lo que lo coloca como uno de los hatch subcompactos más grandes del segmento en todo aspecto, junto a coches como el KIA Rio o SEAT Ibiza, por ejemplo.

Al entrar al Baleno lo primero que notas es que sí, efectivamente tienes más espacio, te sientes alejado de las puertas y hasta el diseño del tablero ayuda a esta percepción. También notarás que algunos elementos no son los más recientes a la vista, pero es parte de lo que ya te contaba hace unos momentos.

Comenzando con la percepción de calidad la realidad es algo decente, sobrio y que se siente duradero. Con materiales rígidos, pero no descuidados. Recordemos que su gama en precios termina donde la mayoría de su competencia tiene a sus versiones intermedias. Entonces entendiendo eso sabes que esperar y qué no.

Parte de lo que ayuda a que tenga cierto appeal a la vista son los detalles de color, en el tablero el contorno de los controles del aire acondicionado, el tablero y los asientos con detalles en color azul, al menos en esta versión GLX.

Hablando de equipo tienes lo esencial, una pantalla de 7” compatible con Apple CarPlay y Android Auto, A/C automático, computadora de viajes, cristales y seguros eléctricos, volante con ajuste de altura y profundidad, asientos tapizados en tela, muy cómodos por cierto.

La parte trasera es súper amplia y cómoda, vaya en un Swift si me subo detrás de alguien con la misma posición de manejo a la mía, ya me siento algo apretado y en Baleno hay mucho más espacio a lo largo y ancho. Aquí la única amenidad que llevamos es una toma de corriente de 12V, pero hasta cierto punto es normal. La cajuela también es mucho más amplia con capacidad de 320 litros una capacidad más cercana a las de un hatch compacto.

Una gran área de oportunidad

En términos de seguridad esta variante GLX te da 6 bolsas de aire, frenos ABS y sensores de proximidad traseros. Es decir no hay cámara de reversa, asistente de arranque en pendiente, ni control electrónico de estabilidad en esta versión tope. Suzuki dice que la decisión de traerlo sin el control electrónico de estabilidad es que los clientes no lo están exigiendo, pero que si más adelante las peticiones de añadir este sistema son las suficientes, entonces harán lo necesario para ofrecerlo de serie.

Marcha perfecta para los caminos de México

Al volante del Suzuki Baleno notaremos varias cosas agradables y es que este es otro de sus puntos fuertes. Lo primero que quiero destacar es la calidad de marcha que me parece excelente para el grupo donde compite. Entendamos que es un coche pensado para entornos urbanos y gracias a ello tenemos un gran trabajo de filtrado de imperfecciones, vaya tiene una marcha que me hace sentir casi tan cómodo como en una Suzuki Vitara, con eso te digo todo. Mis respetos a esa puesta a punto.

La dirección por su parte es sumamente suave y no comunica mucho, buena para maniobrar rápido, pero sí se siente muy artificial. Algo que me gusta mucho de Suzuki es su plataforma Heartect, pensada con la ligereza como prioridad y se nota. El coche en total pesa 935 kg, es más ligero que un Mazda MX-5 que pesa 1,058 kg. Gracias a ello, la suspensión y un motor puesto a punto para dar lo mejor a bajas revoluciones, sentirás que es un coche ágil para la ciudad y con una entrega de poder al nivel de su competencia, aunque realmente no sea tan potente, pues a penas produce 91 hp y 95 lb-pie. Recuerda aquí la clave es el peso.

También como el resto ya a velocidades de carretera hacer rebases le costará un poquito más, pero todo normal. Finalmente los consumos, y es que aquí Suzuki se lució. Este motor es el mismo del Swift de la generación pasada y lo pusieron a punto para dar rendimientos buenísimos ¡se nota! En ciudad he estado promediando entre 14.5 km/l y 15.1 km/l aún con uno que otro embotellamiento, simplemente admirable.

Una receta que te quita el hambre de espacio, pero a la que le faltó un aderezo esencial

Suzuki de verdad se lució en espacio, con un buen manejo y la eficiencia en el Baleno, hasta da gusto ver esa computadora de viajes con consumos así de controlados, pero como en todo en la vida tiene pros y contras.

Para terminar retomaré la analogía de la hamburguesa: Mientras este Baleno ya no te deja con hambre de espacio y tiene todo lo bueno de la receta del Swift que ya te contaba. Al chef que lo preparó sí se le olvidó un aderezo especial para completar su creación, un aderezo que la mayoría de los demás restaurantes sí ponen por ese precio y es el control electrónico de estabilidad.

Entiendo que la estructura es muy buena, que el coche reacciona de gran forma y que el conjunto de plataforma, electrónica, suspensión etc, le dan un comportamiento neutro y difícil de sacar de balance. Pero siempre, sin importar nada, así seamos los conductores más prudentes o expertos, es mejor llevar lo que sea necesario para que una maniobra de emergencia se quede en un susto y nada más.

Este Suzuki Baleno GLX manual tiene un costo de $314,900 y por ese precio tienes buenos puntos a favor. Aunque también debes saber que un KIA Rio LX o un SEAT Ibiza Style son algo más accesibles en versiones con caja manual y aunque no lleven faros LED o sean tan espaciosos, sí tienen control de estabilidad, asistente de ascenso en pendiente e interiores que se notan un poco más refinados.

Ahora que lo conoces ¿qué dices, te lo llevas con papas y refresco, esperas a que el chef le ponga el aderezo que le falta o simplemente buscas en otro restaurante?