Suzuki Baleno 2023, lo manejamos: su facelift busca la revancha
¿Suzuki necesitaba otro hatchback además de Swift? Tanto como necesitar, no, pero en el cálculo de negocios de los tiempos atípicos que estamos viviendo, el Suzuki Baleno encontró un lugar en el portafolio mexicano el año. O lo intentó. Hoy, aprovechando su actualización global, la firma japonesa lo relanza en México con un diseño más fresco, un nuevo motor y una propuesta de equipamiento más interesante. Lo manejamos.
El Baleno se estrenó a nivel global en 2015. Recibió su primera actualización en 2019 y hoy, de cara al modelo 2023, recibe un segundo facelift, el más profundo. Las líneas principales se mantienen intactas, pero el diseño ahora tiene más personalidad gracias a los retoques en faros, parrilla, fascia y calaveras.
El cambio más importante está en la cabina. Los materiales se sienten ligeramente mejores que antes, aunque aún queda un pequeño margen de mejora en la solidez de los ensambles. La apariencia del tablero es más fresca gracias a una nueva pantalla de 9” —heredada de S-Cross— y al rediseño de algunas piezas, como el módulo del aire acondicionado.
Su gama 2023 es más ambiciosa en términos de equipamiento. El portafolio queda compuesto por dos versiones (GLS y GLX), y desde el más accesible ya incluye cámara de reversa, climatizador automático y pantalla de 7”. El tope de gama suma llave inteligente, cámara de visión de 360º, head-up display, espejo electrocrómico y faros de LED. Completo.
El sabor agridulce llega al ver la configuración de seguridad. Se agradece que Suzuki haya subido de nivel al incluir control electrónico de estabilidad para todas las versiones, pero resulta extraño que, en una categoría donde los 6 airbags son de serie, el Baleno incluya sólo dos en su versión GLS. El GLX sí cuenta con todas las bolsas de aire.
Al volante es, ante todo, comodidad
Hablemos de la experiencia de manejo. El puesto de conducción es cómodo y aporta buena visibilidad, aunque la posición del head-up display puede dificultarnos identificar baches oportunamente. A través de este visor podemos ver el tacómetro, la velocidad y gráficos relacionados con el A/C.
Una vez que lo echamos a andar, lo primero que llama la atención es lo bien que responde al primer roce del acelerador. Tiene buen punch al arrancar, aunque va perdiendo ímpetu conforme ganamos velocidad. Su motor desarrolla el poder necesario para moverse con soltura en ciudad, pero en carretera le queda un tanto apretado.
El Suzuki Baleno 2023 deja atrás el motor de 1.4 litros del año pasado, para abrir la puerta a uno nuevo de 1.5 litros, de 103 hp y 102 lb-pie. Es 13% más poderoso y se agradece, pero la transmisión automática de cuatro cambios no deja sacarle todo el jugo a la potencia, dando como resultado un auto con el que los rebases y las incorporaciones requieren de paciencia. Lo sorprendente es que, aun con esta caja, el motor ofrece un buen rendimiento de combustible.
Ahora bien, en términos de manejo, el Baleno luce las cualidades de la plataforma Heartect, compartida con Swift. No transmite la misma sensación de conexión y precisión que modelo hermano, pero sí se siente ligero al pasar por curvas, se apoya correctamente y la dirección tiene un tacto ágil y ligero. La calidad de marcha deja buen sabor de boca.
Una categoría donde es difícil brillar
El Suzuki Baleno 2023 ahora es mucho más interesante que antes, pero no lo tiene fácil. Su mayor enemigo está en casa. Por un precio similar, el Suzuki Swift ofrece un motor más interesante, mejor nivel de manejo y un equipamiento parecido —aunque no tan completo, eso sí— y es, al día de hoy, uno de los subcompactos más interesantes. En esa gama también hay modelos bien posicionados y recientemente actualizados, como SEAT Ibiza, Mazda2 Hatchback y Hyundai HB20, contra los que Baleno juega cartas de eficiencia y espacio. ¿Suficientes para triunfar?
