¿Consideras que eres buen conductor? ¿Respetuoso? Bueno, pues aquí enlistamos situaciones que podrían demostrar que no eres así; claro, siempre y cuando no cumplas, por lo menos, la mitad de los puntos.
En caso de no cumplir con el cincuenta por ciento de los puntos, será necesario que analices tu forma de conducir y actúes en consecuencia, recuerda que en nuestro país lo que menos necesitamos son más cafres al volante.
1. Nunca usas las direccionales
Esa pequeña palanca localizada del lado izquierdo del volante tiene una función, no es sólo un ornamento más del auto. Sirve para indicar a los demás automovilistas tu intención de dar vuelta a la derecha o a la izquierda. Si tú estás convencido de que no debes utilizarla y dar la vuelta “a lo Viva México”, entonces estás violando una norma básica. Utilizar la mano o tu poder mental para avisar a los demás automovilistas que vas a dar la vuelta no es suficiente, las direccionales son esenciales.
2. No dejas suficiente espacio con el auto que va frente a ti
Manejar prácticamente “montado” en la fascia del auto que va delante de ti es una maniobra excelente…si estás en un autódromo y el coche que va al frente es el monoplaza de Sebastian Vettel, de otra forma ¡cuidado! Siempre debes dejar una distancia adecuada entre auto y auto. Lo mejor es que dejes el espacio correspondiente a dos autos en condiciones normales y hasta tres si está lloviendo. Este tipo de acciones evitará que en caso de un enfrenón repentino (¡que en México ni se suscitan!) tengas el suficiente espacio para detener tu auto sin el riesgo de darle un violento besito al auto que va adelante.
3. No tienes consideraciones para los conductores novatos
Acaban de salir de la autoescuela o bien continúan tomando clases, con un nerviosismo que se detecta a tres calles de distancia. Por ello sus reacciones pueden ser imprevisibles. Se buen ciudadano, incrementa la distancia de seguridad y por favor no les eches el auto encima, ni toques el claxon como desesperado, eso sólo contribuirá a ponerlos más nerviosos.
4. Nunca utilizas los espejos retrovisores
No. Tampoco son un mero adorno para que el coche se vea más bonito, son muy necesarios para conducir. Nos ha tocado ver cientos de automovilistas que cambian de carril, dan la vuelta o realizan cualquier acción sin tomarse la molestia de echar un vistazo a través de los espejos laterales. Usarlos puede evitarte dolores de cabeza, golpes y mucho dinero en reparaciones. ¡Tu cartera lo agradecerá!
5. Este es mi carril ¡y de aquí no me muevo!
Si no tienes las escritura que lo avalen, entonces el carril izquierdo no es de tu propiedad. Pertenece a todos los automovilistas, razón por la cual debes ceder el paso cuando así lo solicitan los conductores. Por favor, no te conviertas en esos necios que no se mueven por nada del mundo del carril izquierdo, provocando que todo mundo tenga que rebasar por el lado derecho con los consabidos claxonazos y recordatorios de diez de mayo. Una vez que hayas realizado un rebase, tu obligación como buen automovilista es regresar al carril derecho.
6. Cuidado con las glorietas
Si circulas por una glorieta y debes salir hacia una calle adyacente, lo correcto es hacerlo desde el carril exterior ¿o acaso eres de los cafres que avientan lámina y se lanzan desde el carril interno? Mal, muy mal. Acciones como esta provocan decenas de accidentes cada año. Si por alguna razón perdiste tu salida, vuelve a dar una vuelta y, amablemente, pide el paso hasta que llegues al carril externo.
7. No dejas que nadie pase.
Al grito de: ¡This is Sparta! Avientas el coche y no permites que nadie se coloque delante de ti y mucho menos cedes el paso en una intersección. Por favor, no te quita nada dejar que el coche vecino se incorpore en tu carril. Tampoco te cuesta nada aplicar la ley del “uno y uno” y permitir que el otro auto pueda cruzar la calle. Al hacer esto, no sólo nos convertimos en mejores conductores, sino que ayudamos a que el tráfico se haga más fluido y por lo consiguiente ayudamos a evitar más contaminación para nuestro deteriorado Medio Ambiente.
8. Utilizas el carril confinado o el acotamiento cuando hay embotellamientos
Eso no es jugar limpio. Si cientos de automovilistas más están esperando pacientemente inmersos en el tráfico ¿por qué tú no lo puedes hacer? Al invadir el acotamiento arriesgas la integridad física de probables peatones y además te arriesgas a ser multado. Si invades los carriles destinados al transporte público puedes provocar serios accidentes o, en el menor de los casos, hacer más caótico el embotellamiento cuando te topes, frente a frente, con el camión que viene en contraflujo.
Vía | Autobild
En Motorpasión México | Especial Seguridad Vial: Cuando el auto te avisa que estás cansado.
Imagen de entrada | Pyramid Consulting