La firma italiana del tridente está de manteles largos, porque hace algunos días celebró el 50 aniversario del lanzamiento de su impresionante modelo Maserati Indy Coupé, un deportivo de altas prestaciones que llegó a finales de la década de los 60 para cumplir con las demandas de sus clientes que buscaban un coche cómodo pero muy deportivo para conducir por las carreteras.
El primer Maserati Indy Coupé llegó en 1969, cuando el mismo importador de la firma italiana, Maserati Martinelli envió el auto, que estaba pintado en color Oro Metallizzato y con interiores acabados en piel marrón hasta Suiza, donde un empresario sería el primer dueño de este impresionante modelo.
Su construcción llegó a complementar la línea de autos ofrecida por el fabricante italiano, que en ese momento se componía por el Ghibli, Mexico, Mistral, Quattroporte y Sebring, mismo que cubrían un mercado del 43% en el segmento de “más de 3500 cc”, aunque los clientes querían aún más.
Fue así como la marca del tridente formó el proyecto AM116 (Alfieri Maserati 116) del cual encargaron el diseño a Carrozzeri Vignale, con la única regla de que debía tratarse de un coupé de 4 plazas con altas prestaciones y un diseño ampliamente innovador.
Después de algún tiempo de trabajo, se presentó al Maserati Indy Coupé, un vehículo muy innovador que en el exterior portaba una carrocería con amplias zonas de cristal que entregaban una visibilidad inmejorable, ya que casi no tenía puntos ciegos gracias a los pequeños postes que separaban las ventanas de las puertas y el parabrisas trasero.
Al frente, los faros retráctiles sobresalían en el enorme cofre que ocultaba un motor V8 de 4.1 litros con 4 carburadores Weber 42 DCNF y encendido de transistores con batería y distribuidor. Este conjunto ofrecía una potencia final de 260 caballos de fuerza, conectado a una transmisión manual de 5 velocidades o una opcional, automática de 3 cambios.
Con todos estos números y un peso bruto final de apenas 1,500 kilogramos, el primer Maserati Indy Coupé era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora, aunque en años siguientes la firma italiana presentó dos versiones nuevas, equipadas con motores de 4.7 y 4.9 litros con 290 y 300 caballos de fuerza respectivamente, que podían rozar hasta los 280 kilómetros por hora.
En total la firma del tridente produjo 1,102 vehículos de este modelo entre 1969 y 1975, entre ellos uno especial construido a medida para el Sha de Persia que en 1974 lo pidió personalmente en la fábrica de Modena, con un equipamiento específico que incluía una ventana en el techo que se podía abrir. Este auto aún existe y en la actualidad forma parte de una exclusiva colección privada de autos.
Cabe destacar que el nombre de este vehículo, se eligió como un homenaje para las victorias conseguidas por la firma italiana con su Maserati 8CTF en la carrera de Indy 500 en los años 1939 y 1940.
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