Hoy en día, el hecho de que un automóvil utilicé motor turbocargado es simplemente común, ya sea con el propósito del Downsizing, mejorar el rendimiento o porque el vehículo en cuestión esté enfocado en un manejo deportivo, incluso llegan a tener hasta cuatro turbos como en el caso de los Bugatti. Pero, no siempre fue así, de hecho te has preguntado ¿Cuál fue el primer auto turbo de producción?
Si bien, la tecnología del turbocargador fue desarrollada por allá de los años 20, pasaron muchos años para que un turbo fuera colocado en un auto de producción en serie y aunque los resultados no fueron los esperados, sirvió como parteaguas para que otras marcas hicieran lo propio.
La firma americana Oldsmobile, cuya matriz era General Motors, fue la primera en sorprender a los entusiastas, con un bloque asistido por un turbocargador, montado en un auto de 100% de calle. Se trata del Oldsmobile Jetfire Rocket un Coupé de 1962 que al contar con dicha primicia tecnológica y mecánica, se convirtió en uno de los vehículos más avanzados de la época.
El Jetfire Rocket, escondía bajo el cofre un bloque cuya cilindrada era hasta cierto punto pequeña para aquellos años. Un V8 de 3.5 litros era el encargado de recibir un turbo Garret T5 y en conjunto entregaban una potencia de 215 hp a las 4,600 rpm y un par de 310 lb-pie a las 3,000 vueltas. Mientras que el caracol metálico contaba con una relación de compresión de 10,25 a 1.
Sin embargo, a pesar de que la premisa era prometedora, la mecánica no entregaba los mejores resultados y tendía a sufrir problemas de calentamiento, por lo que la propia Oldsmobile decidió retirar el modelo del mercado, con más de 9,000 unidades vendidas.
Lo demás es historia, ya que con el paso de los años, fueron surgiendo modelos con motor turbo, que fallaban menos y su performance estaba a la altura de lo que muchos esperaban. El BMW 2002 y el Saab 99 Turbo son dos claros ejemplos de lo que surgió en el continente europeo.