Crear un vehículo "cero emisiones" es imposible desde el momento en el que se necesita una fábrica para producirlo. A partir de esa premisa, investigadores del Massachusetts Institute of Technology analizaron la cantidad de emisiones en el ciclo de vida completo de tres vehículos: un Tesla Model S (eléctrico), un Mitsubishi Mirage (urbano a gasolina) y un BMW 750 xDrive (de lujo a gasolina).
Aunque los coches eléctricos tienen fama de ser poco contaminantes, el Mitsubishi Mirage resultó ser más limpio que el Tesla Model S debido a las emisiones necesarias para fabricarlo. En promedio, el cálculo de emisiones de dióxido de carbono por kilómetro del Mirage quedó en 192 gramos, mientras que el Model S sube a 226 gramos y el BMW Serie 7 se dispara hasta 385 gramos.
De acuerdo con el estudio, el principal motivo por el que es tan contaminante producir vehículos híbridos o eléctricos se debe a las baterías. Obtener el litio necesario requiere procesos altamente contaminantes. El tamaño de la carrocería también tiene un impacto relevante en la cantidad de energía necesaria para fabricarlo.
En el estudio se especifica que dichos resultados sólo aplican para el medio oeste de Estados Unidos, pues también se consideró la naturaleza de la electricidad para recargar las baterías. En zonas donde se utiliza energía solar o eólica para producir electricidad, la balanza sí que podría inclinarse en favor del Tesla Model S.
Al final son muchos los factores que pueden variar. Lo que es cierto —y los mismos investigadores enfatizan— es que "tanto vehículos híbridos como eléctricos son mejores que coches convencionales de tamaño y potencia similares, incluso en zonas de emisiones intensas". La razón es sencilla: quizá contaminen igual o un poco más que un auto con motor de combustión interna, pero no lo hacen directamente al aire que respiras, sino desde la zona donde se genera la electricidad que alimenta las baterías —usualmente, lejos de las ciudades.
Vía | AutoExpress