Tesla sigue haciendo un dineral con un negocio poco conocido: permite que otras marcas de autos contaminen en su nombre

Tesla sigue haciendo un dineral con un negocio poco conocido: permite que otras marcas de autos contaminen en su nombre
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Cada que un auto del grupo Stellantis, General Motors o Ford contamina de más, Tesla se frota las manos. Tan solo de enero a septiembre ya generó más de 2,070 millones de dólares por la venta de bonos o créditos de carbono, un negocio en el que literalmente vende el derecho a contaminar.

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Imagen: Tesla

Tesla, cuyo negocio principal es la fabricación y venta de autos eléctricos, contribuye a reducir las emisiones de dióxido de carbono al ambiente, pues sus vehículos no consumen gasolina. En concreto, durante 2023 Tesla ahorró 34 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero, el mayor número entre todas las automotrices evaluadas por la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA).

¿Qué hace Tesla con estas toneladas de contaminación no emitida?: venderlas a otras marcas para evitar multas por incumplir las regulaciones de emisiones máximas de gases contaminantes.

El negocio redondo de los bonos de carbono de Tesla

De acuerdo con datos de Bloomberg, Tesla ha ganado casi 9,000 millones de dólares desde 2009 por la venta de créditos de carbono, un negocio redondo que se genera a sí mismo: a más autos eléctricos vendidos por Tesla, más créditos de carbono disponibles para vender.

Los bonos de carbono son permisos de emisiones. Cada bono adquirido le da a una empresa, país o individuo (hasta Taylor Swift ha comprado) el derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono u otro gas de efecto invernadero. Las empresas pueden adquirirlos a un tercero u obtenerlos por métodos de mitigación. Un ejemplo sería una campaña de reforestación cuyos árboles servirán para capturar miles de toneladas de CO2, y entonces recibir esos créditos para utilizar.

En 2013, Tesla ingresó unos 1,790 millones de dólares por la venta de créditos de carbono, y la cifra de 2024 ya superó este número desde septiembre. En contraste, General Motors tuvo que comprar 44 millones de créditos para justificar todas las emisiones que tuvo durante el año pasado. De hecho, también pagó una multa de 146 millones de dólares tras descubrirse que 6 millones de sus autos emitían CO2 en exceso, según Bloomberg.

La EPA busca que todos los fabricantes de autos corten sus emisiones en 49% para 2032, de acuerdo con reportes de Reuters. Regulaciones similares existen en la Unión Europea, contra las que las marcas han expresado, desde luego, su descontento. No cumplir las metas emisiones equivale a multas millonarias.

Las marcas pueden acercarse a los objetivos impuestos por los gobiernos ya sea con el impulso a los eléctricos o haciendo motores más eficientes de gasolina. Ambos frentes han fallado: los EVs no han tenido la adopción esperada, y por otro lado, las SUVs están en lo más alto de las ventas, con sus grandes motores sedientos de combustible.

Mientras tanto, la empresa de Elon Musk seguirá llenando la caja fuerte vendiendo los bonos de carbono que a otras automotrices les hacen falta.

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