¿Has escuchado hablar de los bonos de carbono? A grosso modo, es cuando una empresa paga cierta cantidad de dinero para revertir sus emisiones. El dinero es destinado al cuidado de bosques capaces de absorber grandes cantidades de dióxido de carbono, y el monto se calcula en función del dinero requerido para cuidar de las hectáreas necesarias para absorber esa cantidad de CO₂.
Mi sorpresa fue descubrir que no sólo las empresas pueden adquirir esos bonos. Cualquier persona puede hacerlo. ¿Cómo saber cuánto has emitido y cuánto sería necesario pagar para compensarlo? Con una calculadora como la que desarrolló Audi. Basta con indicar cuántos km recorres al día y qué modelo tienes (evidentemente sólo marca modelos de Audi, pero si no tienes uno puedes usar de referencia alguno similar). No toma más de 2 minutos y te indicará cuánto pagar. No te asustes, que con un A1 y un recorrido de 20 km diarios, por ejemplo, compensas las emisiones de un año con 241 pesos.
La calculadora de huella de carbono forma parte del proyecto Audi Go Green, con el que la marca busca impulsar la compensaciones de emisiones de dióxido de carbono a través de la adquisición de estos bonos por parte de sus clientes y del público en general. El dinero no pasa por manos de Audi; la marca es simplemente el canal que te dirige hacia la organización que gestiona el proyecto: Pronatura. Viajamos a Oaxaca para conocer de primera mano en qué consiste.
Probablemente te estés preguntando lo mismo que yo. ¿Cómo es posible que con 241 pesos pueda compensar el CO₂ que emite mi auto en un año? Y lo segundo, ¿por qué tengo que pagar si el bosque absorbe gratis la contaminación?
Pronatura trabaja de la mano con organizaciones en regiones como Oaxaca. El monto se calcula en función del dinero necesario para mantener el pedazo de bosque que absorbería las emisiones de tu auto, y ese dinero se entrega a la población local que cuida que no haya plagas, que se encarga de reforestar y que meticulosamente calcula el ciclo de vida de los árboles. Entre más viejos, menos CO₂ absorben. Así pueden tener una tala controlada y aprovechar al máximo la absorción de dióxido de carbono por hectárea, con árboles jóvenes y saludables, asegurándose de que cada año habrá plantaciones nuevas.
En esta ocasión visitamos la población de Santa María Jaltianguis. Con el dinero recaudado por bonos de carbono a través de Pronatura, sus habitantes no sólo han mantenido la salud del bosque, sino que lo han hecho su negocio y su sustento. Una ingeniera lidera el proyecto en la zona, y basta escucharla hablar dos minutos para saber que le apasiona. Ella tiene perfectamente calculadas las zonas que necesitan reforestarse, las que pueden talarse y los árboles que inmediatamente lo reemplazarán. Con el dinero de la tala de árboles viejos se mantiene la economía de las familias de la población y se mejora su calidad de vida. Han construido escuelas, zonas deportivas y presas de captación de agua de lluvia.
Todos los habitantes de Santa María Jaltianguis están al servicio del bosque y tienen su propio esquema de organización y jerarquías para hacerlo. Lo más asombroso de este proyecto es que, aunque la misión principal es mantener un bosque saludable para absorber dióxido de carbono, el efecto secundario es dar un trabajo y la capacidad de generar ingresos a todo un poblado.
De este modo, con lo que te gastarías en una cena, puedes contribuir a que se sigan manteniendo los bosques que absorben el dióxido de carbono. Es una medida fácil para contribuir al cuidado del medio ambiente: destinar recursos a las personas con los conocimientos, el tiempo y las habilidades para hacerlo.
