La desesperación puede manifestarse de muchas formas. Es probable que muchos de los que leen esta nota hayan estado, alguna vez, inmersos en alguna situación determinada, que los ha obligado a tomar una decisión desesperada.
Ese es la situación en el cual se encuentran las autoridades de la Megalópolis, concretamente las que dirigen la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME), quienes con estupor observan que la contaminación del Área Metropolitana no cede, pese a todas las medidas que han tomado, sin tocar, desde luego, al contaminante transporte público y privado, que circula tan campante por CDMX y el Estado de México.
Martín Gutiérrez, titular de CAME afirmó que la dependencia a su cargo alista una norma para someter a las motocicletas a verificación, ante la problemática de emisiones de contaminantes emitidas por estos vehículos, hoy exentos de revisión.
Ante legisladores de la Comisión de Medio Ambiente de San Lázaro, el representante de CAME expresó:
Necesitamos normar las emisiones de motocicletas. Perdón, las motocicletas es un parque vehicular en aumento que ha quedado suelto, emiten más tóxicos que un vehículo normal, emiten compuestos orgánicos volátiles y sobre todo en número, por usuario es el vehículo más contaminante.
¿Qué tan culpables son las motocicletas de la contaminación?
Un estudio realizado por la agencia Research and Markets en el 2016 arrojó que en México se comercializan anualmente alrededor de 550,000 motocicletas nuevas, lo que se traduce en un valor de mercado de 2 mil millones dólares.
Se sabe que tan sólo en la Ciudad de México circulan 200,000 motos todos los días. No es un secreto que los vehículos de dos ruedas, principalmente los de cilindrada baja (100, 125 y 150 cc) se han convertido en una atractiva alternativa para moverse en las congestionadas calles de la CDMX y el área metropolitana.
Lo malo, como en muchos casos, es que los propietarios de estos vehículos no les brindan los servicios de mantenimiento adecuados, lo que redunda en que a mediano plazo, los motores se convierten en fuentes de contaminación.
Por su parte, la Secretaría de Medio Ambiente de CDMX (Sedema) afirma que las motos son algunos de los vehículos que más emisiones de dióxido de carbono generan, 234 gramos por pasajero y kilómetro recorrido, cifras que las ubican sólo por debajo de los SUV (286).
Datos duros, la contaminación nos está acabando
Es un hecho irrefutable que la contaminación en la Megalópolis no cede y que sus compuestos nos están dañando irremediablemente.
Los niveles de monóxido de carbono en la ciudad de México tienden a alcanzar su máximo a las 8 y las 9 de la mañana, cuando las calles y avenidas están atascados con los conductores que intentan llegar al trabajo. Los inventarios de emisiones muestran que el 99% del monóxido de carbono en la Ciudad de México proviene de los automóviles.
Sin embargo, estudios dados a conocer por EnergyThaas afirman que no hay evidencia de que restringir la circulación de autos en los días de mayor polución tenga algún impacto en los niveles de ozono. Y, en términos más generales, se ha demostrado ampliamente que las restricciones de conducción son un enfoque costoso e ineficaz para abordar el tema de la calidad del aire.
El ozono tiene un patrón de comportamiento muy variable, alcanzando su punto máximo en el medio del día cuando el sol está en su cénit. Estudios arrojan que los niveles de ozono del fin de semana son tan altos como los niveles que se encuentran entre semana, aun cuando muchos coches dejan de circulan. Cuando la gente conduce menos, los niveles de monóxido de carbono bajan. ¿Los niveles de ozono? No tanto.
Si se desea reducir el ozono en la Ciudad de México, se deben reducir los COV (Compuestos Orgánicos Volátiles). Los COV provienen de todo tipo de cosas: Pinturas, solventes, adhesivos, productos de limpieza, productos cosméticos e incluso de la popó de perro. Sí, popó de perro.
Carlos Álvarez, ingeniero químico del Instituto Politécnico Nacional de México, calculó que "anualmente se depositan 250,000 toneladas de desechos caninos en las aceras de la Ciudad de México, contribuyendo significativamente a las emisiones de COV".
Sí, también se debe revisar a fondo la calidad de las gasolinas que se venden en México
Expertos opinan que además de verificar estas fuentes de contaminación, valdría la pena revisar el transporte. Además, en lugar de limitar la circulación de los coches, es hora de analizar a fondo la calidad de las gasolinas que se venden en el país.
Al respecto, la Universidad de Berkeley compara la situación que vivimos actualmente en la Megalópolis con California, EE.UU.
“Los Ángeles es similar a la Ciudad de México, en lo tocante a que ambas ciudades sufren de altos niveles de ozono. Sin embargo, desde 1996, la Junta de Recursos del Aire de California (CARB) ha endurecido sus políticas con respecto al combustible que se vende, no sólo en L.A., sino en todo el estado. La gasolina CARB debe cumplir estrictos requisitos de contenido de olefinas y otros COV altamente reactivos.
Está científicamente comprobado que la gasolina aprobada reduce notablemente las emisiones de ozono. Cuando la gasolina CARB fue introducida en Los Ángeles, los niveles de ozono se redujeron 16%, de acuerdo a estudios realizados por Max Auffhammer y Ryan Kellogg del Instituto de Energía.
Medidas como estas podrían ayudar, no sólo a la Megalópolis, sino a muchas otras ciudades de México que adolecen del mismo flagelo. Sin embargo, para llegar a eso, ONG, investigadores, universidades y ciudadanos preocupados tendrían que sortear los miles de obstáculos interpuestos por los políticos y empresarios que se benefician del problema, aunque ellos mismos y sus familias respiren el mismo aire contaminado que nosotros.
Y para finalizar, el remate: También habrá nuevas normas de verificación para autos nuevos
De acuerdo al diario Excelsior, Martín Gutiérrez, también informó que en breve entrarán en vigor nuevas normas de verificación para autos nuevos, que se someterán a la verificación vehicular hasta el segundo año en circulación.
En Motorpasión México | Siemens trabaja en una gasolina “verde” que reducirá contaminación en México