Como si fueran los impostores de Among Us, conductores de varias ciudades han descubierto falsos Honda Civics, Mazdas CX-5 y otra variedad de autos que en realidad eran Teslas disfrazados por sus dueños, en un contexto donde la imagen de la marca está por los suelos debido a la mala fama traída por su CEO, Elon Musk.
La controversia en torno a Tesla y Elon Musk ha alcanzado un nuevo nivel. En Estados Unidos y Europa, algunos propietarios de autos de la marca han optado por ocultar su relación con la empresa, reemplazando los emblemas de sus vehículos con los de otras marcas, como Toyota, Mazda, Honda y Audi. La tendencia, documentada en redes sociales como Reddit, Facebook e Instagram, responde al temor de que sus autos sean víctimas de vandalismo o incluso ataques más graves.
Varios dueños han encontrado formas creativas de distanciarse de Tesla y su fundador, aunque no estamos seguros de que logren engañar a muchos. Algunos han retirado el emblema original y lo han sustituido por logotipos de Audi o Mazda. Entre los disfraces más comunes están los Teslas con emblemas de Honda Civic, algunos Model X haciéndose pasar por Mazdas, o hasta una Cybertruck con letras grandes de Toyota, en un intento menos exitoso de mimetizarse.
Ya sea por broma o no, detrás de los Teslas haciendo cosplay hay razones preocupantes. En las últimas semanas se han registrado incidentes de violencia contra la marca y sus usuarios. A inicios de marzo, siete estaciones de carga en un centro comercial de Boston fueron incendiadas, según informó Forbes. Días después, la policía de Portland respondió a disparos en una sala de exhibición de Tesla. En Chicago, un Tesla azul fue pintarrajeado con un insulto al CEO de la empresa, y grafitis similares son cada vez más comunes en ciudades como San Francisco o Seattle.
Algunos propietarios también han optado por stickers satíricos para expresar su descontento con Musk. Según el vendedor Matthew Hiller, citado por Forbes, se han vendido entre 400 y 500 stickers diarios con frases como ‘Compré este auto antes de saber que Elon estaba loco’. Estos productos han aparecido en diversos países, desde Estados Unidos hasta Alemania.
Los ataques y la creciente hostilidad han llevado a otros conductores arrepentidos a deshacerse de sus vehículos. En una historia destacada por el New York Times, una terapeuta de 54 años en Estados Unidos vendió su Tesla por $32,000 dólares, a pesar de que originalmente pagó $55,880. Su decisión fue definitiva tras un incidente en un supermercado, donde fue insultada y llamada "nazi" por conducir un Tesla.
Mientras Tesla sigue perdiendo valor y clientes, queda la interrogante de cómo responderá la compañía ante una crisis de imagen provocada por su director general. Lo que no podemos negar es que la percepción de la marca ha cambiado drásticamente en poco tiempo, con muchos propietarios buscando maneras de esconder su afiliación con la empresa. ¿Funcionará?