
La administración de Donald Trump en Estados Unidos se encuentra en un frente abierto arancelario contra prácticamente todo el mundo, pero por lo visto, incluso Elon Musk (su asesor con un puesto directivo en el gobierno) ahora opina abiertamente en favor del libre comercio internacional.
Tras el desplome de Tesla en la Bolsa y el impacto de la guerra comercial, el magnate ahora aboga, específicamente, por acuerdos de libre comercio entre Estados Unidos y Europa. Esto pese a que Tesla estaba aparentemente en posición privilegiada ante estos aranceles, con la producción para consumo local en fabricada en Estados Unidos.
El fundador de Tesla y SpaceX participó por videoconferencia en un congreso de la Liga, partido de extrema derecha en Italia, donde expresó su deseo de que en el futuro exista una zona de libre comercio entre Europa y Norteamérica.
“Al final del día, espero que se acuerde que tanto Europa como Estados Unidos deberían avanzar, en mi opinión, hacia una situación de aranceles cero”, dijo en su participación, retomada por Reuters.
Esta declaración se produce días después de que Trump anunciara nuevos aranceles sobre 185 países, con la subsecuente caída de los mercados globales y la respuesta de China con un impuesto del 34% a las importaciones estadounidenses.
Ni tan locales
Los nuevas impuestos de Trump, que incluyen un gravamen general del 20% para los países de la Unión Europea, han afectado directamente a Tesla. Según el analista de Wedbush, Dan Ives, la empresa enfrenta un doble golpe, pues, le guste a Musk o no, depende de la importación de celdas de baterías de China.
A pesar de su cercanía con Trump y su rol como asesor en temas de eficiencia gubernamental, Musk parece estar reconsiderando su postura. Durante la conferencia con Matteo Salvini, líder de la Liga y viceprimer ministro italiano, Musk también sugirió facilitar la movilidad laboral entre Estados Unidos y Europa, argumentando que quienes deseen trabajar en cualquiera de las dos regiones deberían poder hacerlo sin restricciones.
El impacto de las tarifas no solo ha generado reacciones en el sector empresarial, sino también entre líderes europeos. El primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, están de acuerdo en que una guerra comercial no beneficia a nadie y pidieron mantener informadas a las empresas sobre los próximos pasos, según AP. El ministro de Economía de Italia, Giancarlo Giorgetti, también advirtió sobre los riesgos de responder con medidas arancelarias recíprocas.
Mientras tanto, Trump ha mantenido su postura, pues su razonamiento es que las políticas arancelarias traerán millones de dólares en inversión a Estados Unidos. Cuando la incertidumbre económica salpica hasta a Tesla, ¿continuará por mucho tiempo su guerra comercial? Todavía está por verse.