Manejamos el Chevrolet Spark Activ, ¿tiene sentido más allá de la mercadotecnia?
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Manejamos el Chevrolet Spark Activ, ¿tiene sentido más allá de la mercadotecnia?

Si quieres verlo como un Spark con plásticos negros y ligeramente más alto, puedes hacerlo, porque en realidad eso es, pero aquí hay algo más que sólo un urbano. El Chevrolet Spark Activ es la clara prueba de lo mucho que importa ser parte de la moda SUV en México. Así, con una imagen más aventurera, el segundo más pequeño de la familia Chevrolet nos muestra una propuesta muy interesante.

Hay que admitir que la decisión de Chevrolet, de crossoverizar al Spark, ha sido muy astuta. Con la apariencia de una camionetita será mucho más fácil atraer nuevos clientes. Mercadológicamente, el Chevrolet Spark Activ tiene mucho sentido, ¿qué tanto lo tiene al volante?

El truco está en dejar de llamarlo Spark

Chevrolet Spark Activ 4
Por el momento, la versión Activ es exclusiva para México. Seguro llegará a otros mercados en los próximos meses.

A nuestro parecer, Chevrolet tiene una gran tarea en sus manos: hacer que el público deje de pensar en este Spark como lo hace de ese Spark. Nos explicamos. La nueva generación, que no reemplazó a la anterior, da un salto enorme en materia de calidad, equipamiento y, por supuesto, en precio. El nuevo Spark sí que es un Spark, pero no tiene nada que ver con el anterior.

¿Cuál es el problema? En el caso concreto del Activ, que por el hecho de llamarse Spark, muchos lo ubicarán en el segmento del Volkswagen CrossUp!, pero encontrarán que es más costoso; en cambio, quien piense en un CrossFox, imaginará al Spark Activ como un producto de un segmento inferior. Error. Si hay un rival del Spark Activ en México, es, precisamente, el CrossFox.

El motor produce pocas vibraciones, la dirección apunta con precisión y el auto se siente bien parado sobre el asfalto. Sorprende.

Por su calidad de marcha y de acabados, el Chevrolet Spark —Activ o no— ya pertenece a un segmento superior. Circulamos por terreno cubierto por adoquín y piedras, pero en ningún momento escuchamos ruidos extraños que acusaran mal trabajo de ensambles; hemos manejado vehículos más costosos y peor armados. Los materiales son duros, pero Chevrolet lo supo resolver al poner estampas en acabados laqueados... y sí, acabados laqueados por doquier.

Chevrolet Spark Activ 8

Ahora bien, en su andar, el Chevrolet Spark Activ no se siente tan "saltón" como otros vehículos de este tamaño, y la suspensión está en su punto. Nos resultó lo suficientemente cómodo para afrontar los múltiples baches y topes mágicos de la ciudad y de la carretera, pero lo suficientemente firme para transmitir seguridad al andar rápido.

En este sentido, y a pesar de su imagen aventurera, el Spark Activ se desenvuelve mejor en escenarios citadinos. Su motor de 1.4 litros, 98 hp y 89 lb-pie de torque provee el poder necesario para circular en ciudad y darse a respetar en carretera. No es rápido, pero la transmisión manual de cinco velocidades ayuda a mantener buenos ritmos. Eso sí, alcanzando los 120 km/h, el motor pide a gritos revoluciones una sexta velocidad. Ni hablar, nos tenemos que quedar en quinta.

Chevrolet Spark Activ 2
¿Verdad que no somos los únicos que vemos una mini Captiva Sport en el Spark Activ?

El lanzamiento tuvo lugar en Mineral del Chico, Hidalgo. Para llegar ahí, tuvimos que zurcar una carretera cuesta arriba repleta de curvas cerradas. Hemos de admitir que en ocasiones entramos más rápido de lo debido, lo que se tradujo en una clara inclinación de la carrocería. Para nuestra sorpresa, a pesar de no contar con control electrónico de estabilidad, fue fácil mantener la trayectoria. El auto se siente bien pegado al piso y más estable de lo que hubiéramos imaginado de un auto así de pequeño y que además, en esta versión, está 55 mm más separado del piso.

No estamos justificando la ausencia de ESP, de hecho, creemos justa y necesaria la incorporación de este sistema, junto a un par extra de bolsas de aire a la gama del Spark; pero sí reconocemos la labor del desarrollo del chasis. Gran parte de las sensaciones de confianza las transmite la dirección, que es rápida y bastante precisa.

Decisión acertada, ahora tenemos OnStar en el Spark

Onstar

General Motors, tanto en México como en el resto del mundo, está apostando fuertemente por el sistema OnStar. Si no lo conoces, lo explicamos brevemente: a través de los diferentes sensores del vehículo, un asesor a distancia te puede dar el estatus de tu auto y poner a tu disposición a servicios de emergencia en caso de accidente, aún cuando tú no puedas solicitarlos. Este asesor también te puede guiar paso a paso para llegar a tu destino y ayudarte a recuperar tu vehículo en caso de que te lo roben.

Sí, el sistema es una maravilla. En su momento era exclusivo de los modelos de gama alta de General Motors, ahora está disponible en otros modelos, como Trax, Cruze y en esta versión del Spark. El único 'pero' que le encontramos, es que, a pesar de ser independiente de nuestro celular, cuando no teníamos señal fue imposible que el sistema contactara con un asesor. Ni hablar, donde no hay señal, no hay señal.

El resto del equipamiento pinta muy bien: equipo eléctrico, aire acondicionado, equipo eléctrico, computadora de viaje y el sistema de infotenimiento más completo del segmento, que incluye conectividad con Android Auto y CarPlay. El único vacío que notamos fue la imposibilidad de ajustar el volante, ni en profundidad ni en altura. ¿Hace cuánto no nos subíamos a un auto con volante fijo?

No sabemos si OnStar sea un factor decisivo de compra, pero sí es un argumento de peso. El sistema es muy útil.

Por su precio, el Chevrolet Spark Activ pinta interesante

Chevrolet Spark Activ 3

En México, el Chevrolet Spark Activ está disponible por 214,900 pesos. Una cifra elevada si lo vemos como un Spark, pero mucho más razonable si consideramos la calidad de marcha —de verdad, al volante convence—, el nivel de equipamiento y de tecnología en materia de conectividad. Su apariencia crossover también le ayudará a justificar la etiqueta.

¿Qué cambiaríamos? Nada, más bien, agregaríamos control de estabilidad, al menos dos bolsas de aire a los costados, volante ajustable y, siendo más exigentes, quemacocos. De cualquier manera, frente a un Volkswagen CrossFox o un Suzuki Swift, nos parece muy interesante; ante un KIA Rio, menos razonable, pero más divertido.

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