Tras un arduo periodo de evaluación que concluyó con una (o dos...) rondas de tacos, tomamos las llaves y cada quien un auto para salir de regreso rumbo a la Ciudad de México, para disfrutar una vez más del comportamiento dinámico del Clio RS. Pero en esta ocasión, en lugar de prestar atención a las reacciones del auto, decidimos centrarnos en una de las más grandes joyas de este hot-hatch francés: el sistema RS Monitor.
El programa vive anclado a la interfaz R-Link de Renault, desde la que se puede controlar muy fácilmente todo el sistema multimedia del auto que es compatible con iPod, ofrece conexión Bluetooth, manos libres con sincronización de agenda, navegador y permite manipular algunas funciones del auto; prácticamente lo mismo que otros sistemas, pero de mucha más fácil interacción.
RS Monitor: El coach que siempre quisiste
Con solo tocar un ícono en la pantalla, el RS Monitor cobra vida con una introducción cuyos gráficos parecen haber sido extraídos del Gran Turismo 6. Una vez abierto el programa y tras haber convivido con él por un buen tramo de la autopista, descubrimos que difícilmente encontraremos un medidor de prestaciones más completo que el del Renault Clio RS. Y sí, esto incluye al de Porsche.
Comenzando por lo "básico", el RS Monitor nos muestra las revoluciones exactas a las que está girando el motor y cuánto par y potencia están disponibles en ese momento. También cuenta con un medidor de fuerzas G, de grado de patinado de las llantas delanteras, del ángulo de la dirección, de la temperatura del aceite y del embrague, cronómetro y una modalidad de la computadora de viaje que nos indica cuántos kilómetros le quedan a las llantas, a los amortiguadores, a las pastillas de frenos y los discos antes del mantenimiento.
Lo mejor es la integración del sistema con el GPS, que habiendo cargado el trazado del circuito, nos permite evaluar nuestro desempeño, el tiempo que circulamos a determinadas velocidades, cuánto tardamos en llegar a 100 km/h y cómo fue el trazado de nuestras curvas. Todos estos datos se pueden descargar en un USB para ser analizados con calma desde una computadora. Hecho para competidores de verdad.
Ciudad, maldita ciudad
Por el ritmo al que pudimos circular en la autopista, parecía que llegaríamos antes de lo planeado a la Ciudad de México. Fue precisamente entrando a ella cuando todo comenzó a moverse en cámara lenta... cuando se movía, porque hubo tramos en los que nos encontramos completamente parados.
El embotellamiento nos permitió intimar aún más con el habitáculo del Renault Clio RS. A nivel confort, por lo menos en materia de equipamiento, no podemos quejarnos. Hay clima automático de doble zona, asientos calefactables, equipo eléctrico y un sistema de audio que dejó claro que el mejor sonido del Clio RS proviene de su motor, porque las bocinas cumplen sin más.
Un detalle curioso con el que pudimos jugar mientras la ciudad nos cobraba las horas que salvamos en la madrugada, fue el programa que permite seleccionar diferentes sonidos para el motor del Clio RS. A través de las bocinas, perfectamente sincronizadas con el motor y la caja de cambios, el hot-hatch francés puede convertirse en un Nissan GT-R, en un Renault Reinastella 2038 (como nave espacial), en un Renault 8 Gordini, en un Alpine A110 1600S del año 1969, en una Moto GP 1961, en un Clio II RS V6 2003 o un Clio RS Cup 2012.
Al cabo de unos (muchos) minutos, el tráfico comenzó a dispersarse y entendimos una vez más que lo mejor del Clio RS se vive en autopista. La suspensión no entiende de calles maltratadas y la transmisión siempre trabaja a altas revoluciones, lo que convierte al pequeño francés en un auto particularmente incómodo para ciudad; no inmanejable, pero definitivamente hay opciones mejor balanceadas en su segmento.
Es cierto, es uno de los más entregados a la competición y además ofrece dos perfiles de conducción: deportivo y muy deportivo; la pregunta es ¿Por qué no incluir un modo de manejo en el que la transmisión sea menos severa con el motor y no lo haga rugir al realizar cambios descendientes al momento de enfrentarnos a un semáforo o un tope? La comodidad en ciudad aumentaría y los consumos mejorarían; en un escenario urbano conseguimos un rendimiento de 8.9 km/l, que en autopista fue de 18.3.
¿Cuál es la razón de ser del Clio RS?
Es el más caro de su segmento, pero también se vende como uno de los más exclusivos. No es más cómodo que un MINI Cooper S ni tiene mejores acabados que un Audi A1 S-Line, pero ofrece el comportamiento más 'rudo' incluso cuando el escenario no lo demanda —la ciudad. Incluye el programa RS Monitor para mejorar día a día en el circuito, y ahí es donde todo cobra sentido. Como coche de todos los días, el Clio RS no es la mejor opción, a menos que tengas espalda de acero y las suspensiones duras no sean mayor problema; si los track days son eventos frecuentes en tu calendario, no lo pienses... o bueno, sólo un poco, y ve por un Clio RS, que al final es uno de los más entregados a la competición.
7.7
A favor
- No hay nada como el RS Monitor
- Su sabor a exclusividad
- Comportamiento dinámico
- Interfaz R-Link
En contra
- Suspensión dura para la ciudad
- ¡Sólo ofrece 4 bolsas de aire!
- Precio elevado
- Plásticos simples en el habitáculo
Versión probada | Clio RS 200 EDC Privilege Piel | ||
---|---|---|---|
Cilindrada | 1,618 cc | Tracción | Delantera |
Bloque motor | 4 cilindros turbo | Capacidad del depósito | 45 litros |
Potencia máxima (hp @ rpm) | 200 hp @ 6,000 rpm | Consumo urbano | 8.9 km/l |
Par máximo (lb-pie @ rpm) | 177 lb-pie @ 1,750 rpm | Consumo en carretera | 18.3 km/l |
Peso en vacío | 1,090 kg | Consumo mixto | 13.6 km/l |
Velocidad máxima | 230 km/h* | Emisiones de CO2 | 144 g/km |
Aceleración 0 a 100 km/h | 8.3 seg | Capacidad de la cajuela | 300 litros |
Transmisión | Automática de doble embrague, 6 vels. | Precio | $394,900 |
Precios del Renault Clio RS en México
- Renault Clio RS 200 EDC Privilege Tela - $379,900
- Renault Clio RS 200 EDC Privilege Piel - $394,900
En Motorpasión México | Renault Clio RS, prueba (parte 1) (parte 2) Fotografía | Gerardo García | Salvador Sánchez Ilustración | Renault