Cuando se trata de prolongar la vida útil del motor del coche, el cambio periódico del lubricante, es decir, cada 10 mil o 30 mil kilómetros, es una de las acciones más importantes, pues se encarga de reducir la fricción de los componentes internos, como pistones, bielas, pernos, etcétera, sin embargo, un estudio de Blackstone Laboratories, en relación a la edad de los aceites, podría cambiar las reglas del juego.
A partir de una botella medio llena de Mobil 1 0W40, que llevaba almacenada 14 años, el mismo fabricante notificó que el aceite estaba arruinado y no protegería adecuadamente un motor.
Ante ello, Blackstone sometió ese aceite viejo de 14 años a una serie de pruebas, como aditivos, la presencia de agua, su punto de ignición, su viscosidad y la capacidad del aceite para neutralizar ácidos, entre otras, y los resultados fueron positivos, a pesar de que ese aceite se fabricó en septiembre de 2010.
Para reforzar lo anterior, se pusieron a prueba otros aceites, igualmente viejos y de diversas procedencias, para comprobar qué era lo que provocaba que un aceite perdiera sus propiedades.
Al tomar muestras de aceite de varios motores, que llevaban desde seis meses hasta más de cinco años en el interior del bloque de algunos coches, Blackstone determinó que, sistemáticamente, los aceites con un bajo kilometraje estaban dentro de las especificaciones del fabricante. Dicho de otro modo, no era necesario cambiarlos, al menos para la mayoría de ellos.
El laboratorio concluyó que, en realidad, la degradación del aceite va más en función del uso que se le dé al coche que por el kilometraje acumulado como tal. Porque no es lo mismo recorrer 10 mil kilómetros, todos en carretera, que 10 mil kilómetros en los embotellamientos de la Ciudad de México, acelerando, frenando y volviendo a acelerar.
