Es muy probable que, si alguna vez has tenido que hacer una reparación a tu auto, te hayas llevado una —no tan grata— sorpresa al escuchar la cotización, pero seguramente no se parece en nada a lo que vivió el propietario de este Polestar 2 en Canadá. Por unos cuantos rayones y una pequeña rotura en la fascia, un taller le cargó 21,500 dólares. Unos 366,000 pesos al tipo de cambio actual, es decir, más de lo que cuesta un Nissan Versa nuevo.
A través de Reddit, el dueño de este Polestar 2 cuenta que atropelló accidentalmente a un ciervo. No da muchos detalles sobre el percance, pero sí sube una foto de su auto, donde apenas se ven daños ligeros. El taller, sin embargo, le cobró más de 10,000 dólares en piezas (más de 180,000 pesos al cambio actual) y 90 horas de mano de obra que, siendo sinceros, parecen excesivas para los daños mostrados.
Este accidente desenmascara el desafío de tener autos cada vez más avanzados en las calles. Aunque el daño parece superficial, el impacto ha obligado a cambiar el sistema de lavafaros y de limpiaparabrisas, así como un faro, que por sí solo cuesta alrededor de 2,700 dólares (45,000 pesos) al utilizar 84 LED independientes, controlados por una cámara.
Además, las 90 horas de mano de obra son para revisar y reparar la estructura. La fascia se desplazó hacia atrás, lo que obligará al taller a cambiar todos los soportes. El cofre también debe ser reparado, y la salpicadera derecha se zafó, lo que implica reemplazarla por una nueva.
Para "fortuna" de este usuario, no hubo un daño en la batería, que en accidentes más severos suele disparar los costos de reparación, al grado de que la aseguradora lo reporte como pérdida total, aun cuando en apariencia sería un choque fácil de arreglar. En vez de reparar celdas dañadas, los talleres optan por reemplazar la batería completa. A nivel costos, es más fácil declarar el auto como pérdida total.
Las tecnologías en los autos han avanzado mucho en favor de la seguridad, la conectividad y el confort, pero toda complejidad tiene su lado B al hablar de costos. Muchos autos llevan radares y cámaras en zonas vulnerables, como la parrilla o la fascia. Un accidente menor puede detonar en una factura costosa.