Hace 7 años, Elon Musk mandó un Tesla Roadster al espacio con mensajes de la humanidad. Hoy puede que mucho del auto se haya desintegrado: así está siendo su viaje espacial a 73,897 km/h

En febrero de 2018, SpaceX realizó una de las campañas de marketing más mediáticas de su historia: el lanzamiento del Falcon Heavy el cohete más potente del momento, sin embargo, para hacerlo más espectacular, Elon Musk colocó en la carga de prueba su propio Tesla Roadster rojo de 2010, con un maniquí llamado Starman a los mandos. Siete años después, el deportivo eléctrico sigue vagando por el espacio.

Según Musk, la decisión de lanzar su Tesla al espacio fue una especie “de broma”. El empresario incluso preguntó en Twitter (hoy X) qué sería interesante enviar en el vuelo de prueba. Finalmente, el elegido fue su propio Roadster, el coche que utilizaba a diario el CEO de Tesla para desplazarse.

Con el maniquí Starman ataviado con un traje espacial sentado en el puesto del conductor y la música de David Bowie de fondo, el lanzamiento no sólo fue un éxito a nivel técnico, sino también se convirtió en un fenómeno viral.

El Falcon Heavy despegó el 6 de febrero de 2018 y colocó al Tesla en una órbita elíptica alrededor del Sol, una trayectoria que lo llevaría más allá de Marte. Las imágenes del coche flotando en el espacio dieron la vuelta al mundo y marcaron un momento icónico en la exploración espacial.

¿Dónde está ahora el Tesla Roadster? Gracias a la web whereisroadster.com, que utiliza datos de la NASA para rastrear su posición en tiempo real, sabemos que el Tesla Roadster está actualmente a 386 millones de kilómetros de la Tierra y 293 millones de kilómetros de Marte. Se mueve a una velocidad promedio de 73.897 km/h y ha completado cerca de 4.6 órbitas alrededor del Sol desde su lanzamiento.

Durante estos años, ha recorrido casi 5,600 millones de kilómetros, lo que equivale “a 96,561 veces la garantía original del coche”, dice la web. Según las previsiones, su órbita sigue siendo estable, y podría volver a acercarse a Marte en 2035. El Tesla Roadster no solo viaja con Starman al volante, sino que también lleva algunos objetos simbólicos en su interior:

Un Hot Wheels en miniatura del propio Roadster, un ejemplar de la Guía del autoestopista galáctico de Douglas Adams en la guantera, un disco de datos con las obras de Isaac Asimov y una placa con los nombres de los ingenieros que participaron en la misión.

En cuanto al estado del coche, algunos científicos creen que la radiación espacial podría haber deteriorado considerablemente el estado del coche con el tiempo. De hecho, la fibra de carbono y otros materiales compuestos podrían haberse desintegrado, dejando sólo el chasis metálico flotando en el espacio.

Elon Musk ha dicho en varias ocasiones que espera que, en algún momento del futuro, sus “descendientes puedan traer de vuelta el Roadster y exhibirlo en un museo”. Mientras tanto, el coche sigue surcando el cosmos, con el mítico tema de Space Oddity sonando en un bucle infinito (si es que la batería sigue funcionando).

El Tesla Roadster de Musk es más que una simple excentricidad: es un recordatorio de hasta dónde puede llegar la ambición humana. Y, aunque nadie sabe si algún día volveremos a verlo de cerca, o lo que queda de él, sigue siendo “el coche más rápido y lejano” de la historia.

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