CUPRA no fue concebida como una marca premium. Es cierto que nació con la ambición de poner en alto la vara de refinamiento, estilo y dinamismo, pero la vacante de marca premium en Grupo Volkswagen ya estaba ocupada por Audi. Bajo esa premisa, el CUPRA Terramar no tendría por qué ser un problema para la firma de los cuatro aros, pero luego de ponerle las manos encima, podría entender si en Audi se llevan algún disgusto.
El CUPRA Terramar es mucho de lo que esperas de Audi. En algunos aspectos todavía marca su distancia; en otros, los más importantes, queda peligrosamente cerca. El estilo, por ejemplo. No es que el Terramar tenga rasgos de Audi, sino que su apariencia también persigue la distinción.
CUPRA llama "nariz de tiburón" a su nueva corriente de diseño. No necesitan explicar demasiado para entenderlo, y mucho menos si vemos al Terramar en la pintura gris tiburón que me tocó conducir —que en realidad se llama Gris Grafeno—. El frente tiene relieves que definitivamente recuerdan a un tiburón, y la mirada del auto también es desafiante. Se viste, además, con rines bitono de hasta 20" y la nueva firma de LED de la casa, compuesta por tres triángulos —que al friki que soy le encantó la similitud con The Legend of Zelda— y calaveras en una sola pieza. ¿Te quedan dudas sobre lo mucho que quiere llamar la atención el Terramar? El logo va iluminado y los colores de carrocería permiten elegir entre un morado muy peculiar (Dark Void, ojo con el nombre) y, desde luego, pinturas mate.
Un interior repleto de detalles
El diseño es uno de los puntos clave de CUPRA, pero en el Terramar también lo es el refinamiento de la cabina. Hay una amplísima variedad de tonos y texturas a lo largo de los interiores. Acabados en cuero —de origen vegetal o de botellas de PET recicladas—, costuras en contraste, plásticos de alta calidad, distintos tipos de relieves, tapicería Dinámica y, como es habitual en CUPRA, múltiples decoraciones en color cobre. Mención honorífica, además, al diseño de los asientos, que es de serie son así de chulos para toda la gama.
¿Un interior premium? Muy (muy) cerca. El CUPRA Terramar se queda un escalón abajo de un Audi Q3. Un escalón muy pequeño. Hay una gran sensación de calidad a bordo, mucha atención al detalle y un buen nivel de ensamble. De hecho se fabrica en la misma planta que el Q3, en Hungría. El único aspecto que rompe un poco con su atmósfera de refinamiento en el Terramar es el acabado de los paneles interiores de las puertas traseras, que llevan un plástico de aspecto más económico.
Si miras con atención, notarás que hay pocos botones. Casi todo se controla a través de la pantalla de 12.9" al centro del tablero. Muchas veces me he pronunciado en contra de llevarse funciones básicas del vehículo al sistema multimedia, pero en Terramar lo han resuelto mejor gracias a comandos de voz inteligentes. Controlar el A/C implica varios toques de pantalla... o simplemente decir "Hola, CUPRA, tengo frío" y listo. El selector de modos de manejo también implica navegar entre varios menús... o simplemente oprimir el botón CUPRA en el volante. Un volante que, por lo que sea, no ha llegado a ningún modelo de la marca en México y ya va siendo hora.
La experiencia tecnológica y de confort se complementa con un cuadro de instrumentos completamente digital —con nuevos gráficos— y un head-up display. También hay A/C automático de tres zonas, cargador inalámbrico para teléfonos, ajuste eléctrico para los asientos delanteros, volante y asientos calefactables, sistema de sonido Sennheiser y asistencias de conducción de última generación. El control crucero adaptativo, por ejemplo, puede reconocer las señales de tráfico y ajustar la velocidad automáticamente para evitarte multas.
Al volante es uno de los SUV más multifacéticos
Quien se compra un SUV, busca comodidad. Quien se compra un CUPRA, busca sensaciones deportivas. ¿Puede haber un punto medio? Sí, pero el Terramar no se queda en medio. Al haber sido desarrollado sobre la plataforma MQB Evo de Grupo Volkswagen, el Terramar puede llevar los últimos desarrollos de la casa. Su clave, la amortiguación variable (DCC).
La nueva generación de esta tecnología de amortiguadores, ahora con dos válvulas, permite adaptarse mucho mejor al modo de manejo seleccionado. Es decir, el modo Confort realmente es cómodo y el modo Performance realmente es deportivo. De este modo, para los días en los que busques un SUV más blandito, el CUPRA Terramar tendrá una amortiguación capaz de filtrar bien los saltos del camino en modo Confort; los días que despiertes con ganas de velocidad, los modos Performance o CUPRA lo volverán notablemente más rígido, con los típicos rebotes de un vehículo deportivo que te comunica todo lo que sucede sobre el asfalto.
De hecho, si tuviera que describir la dinámica del Terramar con una palabra, sería esa: comunicativo. De serie lleva una dirección progresiva, que adapta el nivel de asistencia en función de la velocidad. Es sensible, rápida y precisa. Combinado con la puesta a punto de suspensión y el sistema de tracción integral 4Drive —que ya llegaremos a eso—, el CUPRA Terramar es un SUV que disimula bien sus 1,750 kilos. Sí, es pesado, pero al volante no se sienten transferencias de peso abruptas ni titubeos al pasar por curvas. No transmite igual la sensación de curvear como si fuese sobre rieles, como podría hacerlo un León Sportstourer, aunque no lo hace nada mal para ser un SUV.
La gracia de los CUPRA, en general, radica en la chispa de su chasís. De serie ya son divertidos; el motor simplemente dicta qué tan rápido puede ir. Así, el Terramar llega al mercado internacional con cinco opciones mecánicas: 1.5 TSI de 150 hp con tecnología mild-hybrid, 2.0 TSI (libre de electrificación) con potencias de 204 a 265 hp y un par de variantes híbridas enchufables de 204 a 272 hp, con autonomía eléctrica de 118 km. Todos van con transmisión automática DSG de 7 velocidades y, en el caso de los VZ (los de 265 y 272 hp) también con tracción integral 4Drive.
Probé el 2.0 TSI de 265 hp y 295 lb-pie. Entre el actuar de la transmisión y la programación del motor, prácticamente no hay turbolag. La respuesta es buena al arrancar y al recuperar. El Terramar se siente ágil y responsivo, aunque tampoco lo llego a sentir precisamente explosivo. La potencia es suficiente para cumplir con la promesa de sensaciones deportivas, pero luego de lo vivido en el Ateca, el Terramar se queda una rayita abajo. No llega a los 300 hp del Ateca y, de hecho, le toma un segundo más llegar a 100 km/h: 5.9 s. Seguramente en el futuro habrá versiones más potentes de Terramar. ¿Quizá un VZ5 con la misma configuración que Formentor?
Listo para México en 2025
El CUPRA Terramar es el último CUPRA nuevo que se lanzará con motor de combustión interna. Todo lo que venga a partir de ahora tendrá algún grado de electrificación. No es una mala noticia, pero sí una señal de los tiempos que vivimos y el camino que tomará la firma española.
CUPRA no lo dice abiertamente, pero el Terramar perfila a convertirse en el sucesor del Ateca. Tiene todo para reemplazarlo y lo necesario para llegar a los clientes que ven pequeño al Formentor. Tiene un diseño disruptivo, una cabina de alto nivel, una buena dosis de equipamiento y una dinámica que convence.
Su precio en España va de 41,190 a 58,890 euros (894,000 a 1,279,000 pesos) más opcionales, es decir, su gama inicia exactamente donde el Ateca, pero se eleva en versiones tope de gama. Todavía no hay precios ni versiones ni fecha exacta para su lanzamiento en México, pero podemos esperarlo en el transcurso de 2025. Mi pronóstico es que lo veremos con motores 2.0 TSI de 204 y 265 hp, y quizá alguna variante híbrida enchufable. ¿Cuánto podría costar? Es pronto para hablar, pero estimo un rango entre 780,000 y 980,000 pesos.
