Mercedes-Benz EQA, a prueba: un GLA eléctrico como escalón de acceso a los EV de Mercedes

La mayoría de las marcas se estrenaron en el mundo de los vehículos eléctricos con modelos de gama alta, pero en un futuro donde la idea es que tarde o temprano todos terminemos al volante de uno, era necesario expandir la gama con opciones más accesibles. De ahí nace el Mercedes-Benz EQA, el SUV eléctrico más pequeño de la marca en México y en el mundo. Lo tuvimos a prueba.

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Si el EQA te parece familiar, es porque básicamente se trata de la versión eléctrica del Mercedes-Benz GLA. Con el fin de optimizar costos, la marca adaptó su SUV más pequeño a un sistema de propulsión eléctrica y simplemente retocó su apariencia para encajar con la genética de la familia EQ y favorecer la eficiencia.

Desde ciertos ángulos, es inevitable el parecido con el GLA, aunque Mercedes-Benz se esforzó por darle un frente y una trasera únicos al EQA. De ahí proviene la parrilla plana integrada al diseño de los faros o la iluminación de LED por todo lo ancho del frente y de la trasera. Como buen Mercedes, también se puede configurar al gusto, con varios diseños y tamaños de rin, pinturas tan espectaculares como la gris mate que tuvimos a prueba o paquetes de diseño con sello AMG.

Tal y como sucede con el GLA, el tamaño del Mercedes-Benz EQA es engañoso. A simple vista parece más pequeño de lo que en realidad es, pero con 4.46 metros de largo y 1.62 metros de alto, este modelo es incluso un poco más grande que un SEAT Ateca, aunque no lo parezca. Es la magia del diseño.

El interior tiene un fuerte sabor hi-tech

Con el EQA, Mercedes-Benz jugó una estrategia diferente a la de Audi, la de Tesla, la de Ford o la de Volkswagen... e incluso distinta a la de otros modelos de su propia gama EQ. ¿A qué me refiero? A que el EQA no fue desarrollado a partir de una plataforma exclusiva para vehículos eléctricos, sino que fue adaptado a partir de un modelo con motor de combustión.

Esto no tiene por qué ser algo malo. De hecho es una jugada bastante audaz, porque compartir plataforma con el GLA le permite reducir costos de desarrollo y de producción, sin alterar la calidad de los acabados. Y así es como llegamos a la cabina del EQA, que es idéntica a la del GLA, con dos pantallas de 10.25" como protagonistas, una espectacular iluminación ambiental con 64 colores a elegir y el uso de acabados negro brillante, aluminio y cuero al por mayor.

La principal diferencia del EQA frente al GLA se encuentra en los gráficos del cuadro de instrumentos, que muestran la demanda de energía y regeneración en tiempo real. La navegación también tiene funciones exclusivas. Al estar conectada a internet, es capaz de mostrarnos la ubicación de cargadores y la distancia que podemos recorrer con la autonomía actual.

En su configuración de serie, este modelo también incluye alerta de colisión frontal con freno autónomo de emergencia, monitor de punto ciego, asiento del conductor eléctrico, climatización automática de dos zonas, llave inteligente, proyección de luz de bienvenida en el piso, sensor de lluvia, entre otros.

En términos de espacio, el EQA es mucho más amplio de lo que parece por fuera. Sufre de las mismas restricciones propias de un SUV compacto, pero el lugar para cabeza es bueno. Eso sí, al no llevar una plataforma exclusiva para autos eléctricos, las baterías colocadas en el piso roban algo de espacio y obligan a los pasajeros de atrás a viajar con las piernas flexionadas.

La autonomía es muy similar a la del GLA

La única versión a la venta en México es la EQA 300 4MATIC, que incluye dos motores eléctricos, uno en cada eje. En total desarrolla 228 hp y 272 lb-pie continuos, es decir, tienes el poder máximo desde el primer roce del acelerador, a diferencia de un motor de combustión interna, que debe revolucionarse para alcanzar ese punto.

Esto, como en cualquier auto eléctrico, se traduce en arranques sumamente ágiles. Si hundes un poco de más el pie en el acelerador, sentirás cómo se avienta y te pega al respaldo. Bastan los primeros kilómetros para aprender a medirlo. En todo caso, la sensibilidad se puede ajustar según el modo de manejo seleccionado, con un programa Eco ideal para ciudad o uno Sport para una conducción más divertida.

Si me lo preguntas, el Mercedes-Benz EQA se mueve con más gracia que el GLA por la mera respuesta del motor. No es brutal, pero sí muy divertida y capaz de llegar a 100 km/h en 7.7 segundos. Lo que impide llamarlo deportivo es la puesta a punto del chasís, totalmente orientada al confort. Todo en el EQA son reacciones suaves, desde una dirección ligera, hasta una suspensión blanda que filtra sorpresivamente bien los baches para tratarse de un auto premium, porque sabemos que las marcas de lujo no se llevan muy bien con los hoyos del camino.

Quien busque una conducción más dinámica, quedará satisfecho por la respuesta de los motores, pero no tanto por el chasis. Una suspensión tan blanda cumple en maniobras algo bruscas para esquivar objetos, pero con un notorio balanceo de carrocería, lejos de poner en riesgo tu integridad o la del auto, pero que definitivamente no persigue el comportamiento de un auto deportivo. Hay que entenderlo como tal, el EQA es un SUV cómodo y entendido así, lo hace muy bien. De hecho, es sorpresivamente silencioso, tanto por la operación de los motores eléctricos, como por el aislamiento acústico en general.

Ahora, lo que seguramente te preguntas, la batería. El EQA tiene un paquete de 66.5 kWh, que según cifras oficiales de la marca, le bastan para recorrer 423 kilómetros. Nosotros promediamos un consumo de 16.8 kWh cada 100 kilómetros, lo que rendiría 395 km, que no está tan lejos de la cifra oficial.

Hay que tener en cuenta que influyen desde los hábitos de manejo, hasta las condiciones del camino: si es de subida, de bajada, si hay muchos topes… incluso cuánto usas el freno regenerativo, que tiene tres modos de operación, desde uno que deja totalmente mover al EQA por inercia, hasta otro que prácticamente permitiría conducir el auto con un pedal porque frena notablemente al soltar el acelerador.

Lo curioso es que la autonomía del EQA no es tan diferente a la de un GLA. Con un promedio de 10.2 km/l, el GLA recorre 432 km por tanque, así que ya no estamos muy lejos de la era en que la autonomía de los autos eléctricos y de los de gasolina se igualan. Eso sí, los tiempos de carga son muy distintos a los de repostaje. En una red de carga directa de 100 kW, recupera el 80% en 30 minutos, pero en una instalación doméstica le puede tomar toda la noche.

Un SUV eléctrico con sello premium a precio razonable

¿Qué tan barato es el EQA cuando digo que es el EV más barato de Mercedes? Esta versión 300 4MATIC, que de momento es la única versión disponible en México, tiene un precio de 1,244,900 pesos. Es el EV más barato de la marca, y aunque eso no lo hace precisamente accesible, pone valores interesantes sobre la mesa: es 350,000 pesos más costoso que un GLA. Es una diferencia importante, pero no abismal comparado con el costo de la tecnología y teniendo en cuenta que este EQA es mucho más divertido de conducir.

En otros mercados se ofrece una versión más accesible, con algo más de autonomía pero potencia reducida, que yo pensaría que podría tener éxito en México por temas de volumen y porque su precio quedaría más cercano a lo que cuesta un Chevrolet Bolt EUV. Y de un Bolt a un EQA, esta vez me decanto por Mercedes.

En México, su principal competidor es el Volvo XC40 eléctrico y el Tesla Model Y, y en algún momento también se unirá a la competencia el Audi Q4 e-tron. A favor del EQA, es el más accesible de ellos. ¿Lo recomiendo? Sí, si estás listo para un auto eléctrico y tu estilo de vida es compatible con sus tiempos de carga.

' Cifra anunciada por el fabricante