Volkswagen Taigun 2023, a prueba: Optimización de espacio, manejo y un solo gran punto a mejorar

El Volkswagen T-Cross había mantenido un balance decente durante algunos años, aunque había un par de cosas que le hacían falta entrar a la zona de los B-SUV más recomendables. Ahora en 2023, no solo nos ofrecen mucho de lo que pedimos en un inicio, también se cambia de nombre a Volkswagen Taigun. ¿Pero, será eso suficiente para lograr dominar en el grupo más cerrado y competido de México?

En video

¿T-Cross o Taigun? Amm... los dos

Es un T-Cross, pero ya no se llama T-Cross. Pero si voy a la agencia voy a ver T-Cross y Taigun a la par. ¿Entonces? Te explico: Todo lo anterior es cierto y se debe a que Volkswagen quería unificar más sus autos. En un inicio los primeros T-Cross llegaron desde Brasil. Sin embargo, hace unos meses, la marca tomó la decisión de producir y traer a México las versiones con motor turbo y más equipadas desde India, país donde se llama Taigun.

Es por eso que el mismo producto ahora se llama Taigun, para ir acorde a lo que se ve en otros mercados en desarrollo. Mientras tanto, el que lleva nombre de T-Cross, sigue llegando de Brasil, aunque en una sola versión con motor atmosférico y en su configuración más austera, que aunque disponible a todo el público, hace más sentido como vehículo para flotillas.

Con eso fuera del camino vayamos analizando al Taigun: Por fuera, no hay cambio alguno respecto a lo que vimos cuando se actualizó en 2022. Sigue manteniendo esas formas cuadradas que desde ciertos ángulos te hace pensar en que es un “Teramoncito”.

Hasta las líneas de carácter sobre el cofre son muy parecidas a las del SUV más grande de la marca en México. ¿Se ve bien? Sí, tiene muchos contrastes de color, insertos de cromo, faros y calaveras LED, rines de 17”, quemacocos, calaveras unidas al centro por una franja. Vaya bien trabajo de diseño para que todo luzca bien integrado.

Eso sí, tal vez en video no se note, pero es un vehículo pequeño, mide solo 4,221 mm de largo y a pesar de ello, cuando subes descubres esas bondades de la plataforma MQB, porque todo está muy bien aprovechado.

De lo mejor en infoentretenimiento

Al subir a Taigun de nuevo notamos que no hubo cambio alguno. Todo es tal y como lo conocíamos. Tablero puertas, consola y demás son de plásticos duros con sus respectivos contrastes de color y texturas para engañar un poco a la vista y sí, logran hacer que no se vea barato. Aunque pues claro que extrañamos insertos suaves como en algunos de sus rivales.

Esta es una camioneta muy nueva a penas está por los 1,500 km y por el momento todo está bien, no hay ruidos o crujidos, aunque; sí noté que que a veces el switch de la ventana del conductor selecciona dos veces un comando. En ocasiones con la ventana totalmente abajo, si pones mucha fuerza en el botón, comienza a subir y de inmediato se vuelve a bajar por su cuenta.

Cómo siempre, el auto que tenemos es la versión tope —Highline—, la que más lleva equipo y eso significa que encontrarás cosas como: el sistema Volkswagen Play con pantalla de 10” que puede usar tus datos para bajarle apps directo, tiene CarPlay y Android Auto inalámbricos y muy buena respuesta. Creo que la mejor del segmento. Tenemos cargador inalámbrico para celular, puertos USB C, freno de mano tradicional, aire acondicionado automático de una zona con controles táctiles. Esta modalidad de A/C no es mi favorito, pero reconozco al menos que tiene relieves para que nos guiemos con tacto más fácilmente.

Al frente del conductor hay una pantalla para ver la computadora de viajes y unos costados con transparencias para intentar dar la ilusión de que es continua la pantalla. ¿Funciona? Sí, pero realmente extraño la pantalla original que venían en los primeros T-Cross Highline que llegaron a México.

Los asientos van en piel sintética y solo tienen ajuste manual, fuera de ello creo que en conectividad es uno de los mejores, pero extrañé ver cosas como un cuadro de instrumentos totalmente digital, freno de estacionamiento eléctrico, ajuste eléctrico para el conductor o un techo panorámico. Nada que te quite el sueño, pero cada vez más común por este segmento.

Ahora en términos de seguridad sabemos que la plataforma MQBA0 es muy buena y si a ello le sumamos 6 bolsas de aire, ABS, ESC, cámara de reversa, sensores de proximidad, asistente de ascenso en pendiente, freno autónomo de emergencia y alerta de pérdida de presión de llantas, creo que tenemos un kit bien logrado.

Sin embargo, por precio y por ser un integrante de una marca como Volkswagen, hubiera esperado ver una suite completa como la del KIA Soul, Nissan Kicks, Chevrolet Tracker, entre otras.

Respecto a espacio, ¡wow!. Atrás puedes ir muy cómodo y hay espacio de sobra para lo que necesites. La cajuela por su parte es de 385 litros de capacidad, no la más amplia, pero suficiente.

Por fin sucedió lo que muchos pedíamos, pero ¿a qué costo?

Cuando de antemano sabemos que tenemos una plataforma MQB, más motor turbo y peso bajo, lo primero que viene a la mente es que nos espera una experiencia de manejo agradable y bien resuelta. Y hay algo de verdad en ello, pero también hay otros detalles de los que debemos hablar.

Primero que nada, es cierto que Taigun se sigue sintiendo plantado, con un toque leve de firmeza en la pisada y con un enfoque más familiar que el de Nivus, con una dirección mucho más fácil de llevar, pero sin sacrificar tanta presición. En ese aspecto, me parece que está bien lograda.

Lo peculiar sucede, cuando hablamos del paquete de motor y transmisión, ahí las cosas cambian bastante. Por un lado, sucedió lo que muchos pedíamos desde que T-Cross llegó a México. Eso era que tuviera motor turbo, un motor que aprovecharía muy bien las capacidades de la plataforma. Por suerte se logró y ya lo tenemos, pero... ¿a qué costo?

Bueno, en primera instancia el mismo valor del producto y obviamente el de la inflación, pero también con lo que implica el ya tan desafortunado turbo lag de las combinaciones turbo con caja tiptronic de Volkswagen.

En cifras el motor está bien, son números sanos, 114 hp y 131 lb-pie de par que una vez en movimiento hacen que Taigun se sienta ágil y que no le cuesta trabajo hacer maniobras de cualquier tipo, la cuestión es eso que dije: “ya en movimiento”.

Porque para arrancar desde cero o bien para acelerar después de un tope o de reducir mucho la velocidad por algún obstáculo; hay un retraso muy notorio en su actuar.

Sin encender el A/C el retraso tiende a ser de 1 segundo a 1.5 segundos, que de por sí ya es notorio y algo molesto. Pero si enciendes el A/C llega a tardarse entre 2 y 3 segundos en responder, yendo a medio acelerador e incluso con acelerador a fondo. Con el tiempo te acostumbras y comienzas a medir más tus reacciones, porque realmente te confunde y a veces sientes que no lograrás hacer la incorporación, cruzar esa calle o hacer ese rebase de manera segura.

Esto me parece que viene directamente de la programación de caja y motor, pues constantemente al detenerse bajar mucho el ritmo, se queda en segunda marcha cuando claramente bajando a primera tendría una mejor respuesta. Lo digo así porque hemos manejado otros B-SUV con motores turbo de 3 cilindros y caja automática o CVT y en ninguno otro se nota tanto este retraso.

En consumo está decente unos 10.8 km/l en ciudad. Con poco trafico o carretera si le pegas a unos 15 km/l si manejas con calma.

El Taigun ofrece más de los que esperábamos en un inicio, pero ¿es suficiente?

El Volkswagen Taigun tiene a favor el aprovechamiento del espacio interior, un excelente sistema de infoentretenimiento, una plataforma destacable y una dinámica en marcha muy bien resuelta. Sin embargo, cuando vemos que su etiqueta es de $501,990, sí creemos que podría haber más elementos en su configuración.

Para empezar frenos traseros de disco, algunos detalles de confort de los que hablamos al inicio y probablemente más asistencias avanzadas a la conducción. De igual forma, lo que más me gustaría ver, es un ajuste para minimizar ese turbo lag, no digo que deba comportarse como un deportivo, pero sí hacer algo para que reaccione mejor.

Con la etiqueta que mencionamos, al menos esta variante tope, se mete en territorio de Toyota Corolla Cross que tiene muchas más asistencias y espacio, pero obvio no es tan eficiente. También está el Mazda CX-30 en versión base. Eso hablando del segmento superior que obviamente será mucho más caro de mantener, asegurar y reparar.

En su grupo la competencia más dura la encontrará con KIA Soul, Chevrolet Tracker, Nissan Kicks y hasta Chirey Tiggo 4 Pro.