La tarea para fabricar el BMW i3 no ha sido sencilla. Cuenta con elementos “nuevos” para un auto de producción, como la amplia utilización de fibra de carbono, (exceptuando los deportivos artesanales y costosos). Sin embargo, este citadino buscará romper ese paradigma.
La complejidad de su producción en la planta de Leipzig incluye un sistema de electricidad mediante energía eólica. Es decir, le da la vuelta a la tortilla a favor del medio ambiente. (Ya lo sé, prácticamente todo tipo de energías dejan su huella en el planeta).
La optimización del proceso de fabricación de BMW con fibra de carbono se ha trabajado desde hace unos 10 años. Al ser el primer fabricante de automóviles en llevar este material a producción en serie. De acuerdo con BMW, la utilización de fibra de carbono en el i3 lo hace 50% más ligero que con el acero, además de tener la misma resistencia.
Por otro lado, la arquitectura del i3 proviene del sistema llamado LifeDrive. Este se divide en dos módulos, uno de acero para chasis y estructura, y otro el polímero reforzado que abarca todo el habitáculo.
Además de ser más ligero, también reduce el tiempo de producción de un i3, sumado a que pesará entre 250 y 350 kilogramos menos, comparado a cualquier otro vehículo similar. En cuanto a la planta de Lipzig, el consumo de energía se redujo en 50% y de agua en 30%, gracias a una reingeniería en la factoría.
El BMW i3 llegará a México a finales de 2014.
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