Un anciano de Colorado, Estados Unidos, es una de decenas de víctimas de una concesionaria que vende Porsches restaurados a consignación, en un escándalo que acumula demandas y una investigación policial en curso.
Una estación local de NBC en San Diego destapó el caso de CPR Classic, una empresa ubicada en la ciudad de Fallbrook, en California. Hans Claassen era el orgulloso propietario de un Porsche 911 que tenía desde la década de 1970, cuando su esposa se lo regaló como obsequio de bodas. Pero en 2022 se vio obligado a venderlo para pagar los tratamientos médicos de su mujer, quien padecía demencia.
Según el reporte noticioso, Claassen acudió a CPR Classic, empresa que tomó su auto para restaurarlo y venderlo. Según el contrato, la venta sería de 135,000 dólares, de lo que la concesionaria se quedaría con 10%, unos 13,500 dólares. Pero en realidad, el hombre nunca volvió a ver ni el auto ni el dinero prometido.
El afectado contactó a Mark MacHale, un voluntario en un centro de adultos mayores, para pedirle ayuda tras sospechar fraude. Así fue después de incontables llamadas, la dueña de la agencia, Andrea Doherty, pagó a Claassen un adelanto de 10,000 dólares, quedando a deber 111,500 dólares cuando se recibiera el cheque del comprador que supuestamente había adquirido el auto.
Estafa millonaria
Cuando MacHale contactó al canal de televisión, se encontraron con que la empresa llevaba más de 12 millones de dólares estafados. CPR Classic se promociona en su sitio web -aún activo- como una empresa con una trayectoria de más de 40 años, durante los cuales, por lo visto, ha efectuado decenas de estafas, todas superiores a los 100,000 dólares.
Según la investigación de NBC, se han encontrado todo tipo de casos: desde compradores que nunca recibieron los autos que habían adquirido hasta personas que como Claassen, también entregaron sus coches para ser vendidos pero no recibieron pago alguno.
La labor periodística del equipo de la NBC llegó a su tope cuando un día, tras intentar entrevistar a la propietaria de CPR Classic, se encontraron con que no daría entrevistas sin su abogado. Poco tiempo después, el Departamento de Vehículos Motorizados de California (DMW, por sus siglas en inglés), dio a conocer que había una investigación en proceso de la que no podían emitir comentarios.
Entretanto, la tragedia para Claassen llegó a su punto álgido cuando su esposa, Christine, falleció este septiembre, sin llegar a ver resuelto el conflicto.
“Me he hecho a la idea de que tal vez nunca volveré a ver un centavo”, dijo el hombre a la cadena televisiva. Ahora todo queda en manos de las autoridades, con la esperanza de que una indemnización llegue algún día para Claassen y el resto de víctimas de la empresa.
Imagen: CPR Classic