Remontémonos unos años atrás, cuando BMW presentó su familia i y se vanaglorió de presentar el módulo Life, hecho de fibra de carbono, así como el módulo Drive, un chasis de aluminio que tenía la suspensión y el tren de potencia eléctrico. Bueno, luego de aquel gran avance, la firma de Bavaria podría regresar a sus orígenes, esto es, al aluminio, al acero o a otros materiales semejantes. O al menos eso es lo que dejó entrever Pieter Nota, miembro de la junta directiva de BMW para ventas durante una entrevista realizada por Auto Express.
Lo cierto es que las cifras de ventas, la estrategia de producción y, sobre todo, la demanda de los clientes hablan por sí solos cuando nos referimos al pequeño auto eléctrico de BMW, el i3.
Para muchos clientes, este pequeño auto dista mucho de ser un referente en el segmento. Hay clientes que se quejan de la apertura de las puertas posteriores que solo se abren cuando las puertas delanteras ya están abiertas. Pero más allá de eso, los números de producción tan reducidos son la carga más pesado para el BMW i3.
De acuerdo con una nota publicada por Motor1, en mayo de este año, el i3 alcanzó el hito de 150,000 unidades producidas, desde que inició su manufactura en 2013. En contraparte, Tesla ya ha superado ese número con el Model S, un vehículo eléctrico mucho más caro, del cual ya se han fabricado más de 260,000 unidades desde que inició su producción en 2012. Por su parte el Model 3 ya superó esta cifra desde el año pasado.
Allá por 2013, ¿quién hubiera pensado que una pequeña firma de California podría vender más coches eléctricos que un gigante como BMW? Motor1 afirma que este es el tipo de vergüenza que Volkswagen no está dispuesto a soportar con su familia I.D., de ahí las fuertes inversiones para llevar esta nueva generación de autos eléctricos al mercado de una forma contundente.
Harold Krüger, el hombre detrás del cambio de estrategia en BMW ya anunció su renuncia, a partir del próximo año. Un artículo publicado en The Verge indica que su salida probablemente se deba a su responsabilidad de perder el jugoso mercado que BMW pudo llegar a tener con la familia i.
De cualquier forma, BMW nunca admitirá que hubo importantes defectos en su estrategia de comercialización de autos eléctricos. De hecho, sus mismos directivos han repetido una y otra vez que: "lo que estamos viendo ahora es que la electrificación se está moviendo más hacia la corriente principal".
Dicho esto, el i3 tiene dos alternativas: morir pacíficamente, poco a poco, en el transcurso de los próximos años o meses, o convertirse en un EV mucho más asequible para la mayoría de los consumidores, que tenga muchas generaciones solo con cambios sutiles, como tantos otros modelos que vemos en el mercado. El tiempo dirá.
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