BMW M240i Convertible, a prueba: Para quienes todavía disfrutan de manejar
Sí, es un automático, sí, estarás rodeado de "niñeras" electrónicas, sí, es un convertible... pero, ¿ya lo viste bien? Esta nueva versión M240i del Serie 2 lo lleva al extremo, lo deja un pasito detrás del M2 y todo esto al aire libre.
En un coupé tan pequeño son pocas las marcas que se animan a utilizar un motor tan grande. Y como buen BMW, el manejo es la prioridad. Desde que se enciende, hasta que se llega al destino, el M240i azul que probé, continuó soprendiéndome.
BMW cuenta en su diversa alineación con 4 motores; de 3, 4, 6 y 8 cilindros, 1.5, 2.0, 3.0 y 4.4 litros, todos turbocargados, de cada uno hay con potencias diferentes y pueden o no venir acompañados de un sistema híbrido con motor eléctrico. Todos estos motores los hemos probado con distintas carrocerías, tracción trasera, delantera e integral, paquetes M, manuales, automáticos y demás. Lo que tienen en común, es que cualquiera de éstos, en todos los modelos que los encontramos, nos dibujarán una sonrisa en el rostro, sin importar qué tanto nos gusta presionar el pedal derecho.
De las joyas que BMW tiene en su gama, el Serie 2 es uno de los más menospreciados, y en específico el M240i descapotable, un elemento de élite entre un escuadrón destacado. Esta versión, que es la más reciente en llegar a México, monta el motor de 6 cilindros en línea con turbo de doble acción, para reducir al mínimo el odioso turbo-lag. Es impulsado por eje trasero y la transmisión de 8 velocidades deportiva es la mejor caja automática que el dinero puede comprar. BMW nos sigue demostrando que las configuraciones de doble embrague son opcionales.
El cielo es el límite
Al ser un convertible es más pesado que su contraparte coupé, pero no ha perdido nada del desempeño dinámico. Este M240 equipa de serie elementos de los vehículos M, al contar con el paquete M Performance, que no es lo mismo que el M Sport, que es solamente estético.
Como parte de este intercambio de piezas con la división más poderosa de BMW, el motor tiene 340 hp, 20 hp más que un 240 regular, la suspensión es adaptativa y ofrece tres modos de manejo: Eco-Pro, Comfort, Sport y Sport Plus, casilla en la cual se desactiva el control de tracción por completo y queda el DSC encendido en modo permisivo, para hacernos creer que podemos driftear sin ayuda. En BMW los sistemas se pueden desactivar por completo, y si lo que quieres es tomar el control al 100%, es posible. La dirección se ajusta al manejo cada milisegundo, y la transmisión en modo Sport es digna de un turismo de competición. Hay manetas de cambio detrás del volante, pero siendo sincero, el cerebro del coche reacciona mejor que los dígitos de un simple mortal como yo.
Con cada aceleración me rodea con un envolvente sonido, de esos que ya casi no se escuchan y que me recuerda a los VR6 de Volkswagen, los VQ35 de Nissan y hasta los B6 de Porsche. Aún con el turbo, se ha conseguido entretenimiento auditivo para petrolheads, sin necesidad de encender el sistema de audio Harman Kardon premium que equipa de serie. Es un coche muy veloz, tanto —al menos en papel— como un Porsche Boxster S, más que un Nismo 370Z, y se siente mucho mejor al volante que un Mercedes-Benz SLC 43 AMG. Ya me saboreo el próximo Z4...
Mmmmm... delicioso
¿Quién necesita un M2? Nadie. Y menos después de probar el M240i. Sin embargo, la división M está ahí para los más deseosos por presumir y demostrar con hechos lo que su coche puede lograr. Este y otros M Performance, como el X3 xDrive40M que probé recientemente, ofrecen mucho mejor balance entre el desempeño espectacular y la versatilidad para ser un coche para todos los días, siempre y cuando no te de paranoia dejar un convertible con techo de lona en la calle, y ten por seguro que cuando regreses, encontrarás un interior húmedo y muy caluroso. La ventaja es que se abre en pocos segundos con sólo mantener presionado un botón.
Ni se te ocurra preguntar por una caja manual, en la agencia te verán como un bicho raro. Le debo un párrafo a la transmisión, porque en verdad que BMW atinó especialmente para el M240i. Será la relación de peso, la programación electrónica perfecta, o algún duendecillo muy nerd que viva dentro de la ZF 8HP que trabaje como relojero para otorgar la mejor respuesta de un coche automático a la demanda del acelerador. Responde al modo seleccionado y a cualquier velocidad su funcionamiento es imperceptible, a menos, claro, que vayamos a fondo en modo Sport Plus podremos darnos cuenta de cada cambio por el rugir del escape.
Y este otro párrafo es para el motor B58 (B30M0) con turbo de doble acción que, de agencia, produce hasta 340 hp. ¡Espectacular! A pesar del peso extra del sistema de toldo eléctrico, el M240i sale disparado desde 0 km/h. Recupera fácilmente y rebasar es más fácil que quitarle un dulce a un niño. Los frenos M y suspensión adaptativa ayudan a trazar cualquier curva sin compromisos y mantienen la trayectoria a menos que decidas desactivar las asistencias parcial o totalmente. Entonces te toparás con el Demonio de Tazmania controlado —o no— por tus manos y tu pie derecho.
El lado premium
BMW nos recuerda constantemente que sus "máquinas de manejo perfectas" valen lo que cuestan. El —pequeño— interior del M240i equipa asientos de piel, acabados en plástico imitación aluminio, volante M de piel, pantalla táctil de 8 pulgadas, climatizador de dos zonas, limitador de velocidad y computadora de viaje. ¿Esperabas más? Yo también. Y mucho equipo más está disponible, con un costo adicional.
Si algo debería equipar de serie es un control de velocidad crucero simple, la conectividad con teléfonos Apple y Google, Auto-Hold y climatización para los sillones. Pero no, el negocio del equipo opcional le ha dado frutos a BMW y es por eso que se enorgullece de su línea Individual de configuración de vehículos.
¿Vale lo que cuesta? Sí. Y más. El enfoque es la diversión al volante, poder gozar de toda la potencia de manera sencilla y en esta versión convertible, hacer todo esto con el domo natural más espectacular. BMW M240i es un coche lúdico para todos los días, la marcha es bien balanceada y también lo es el consumo que se reduce al seleccionar el modo Eco-Pro.
8.1
A favor
- Los elementos M de serie: suspensión, escape y frenos.
- El hecho de ser convertible no afecta el comportamiento dinámico.
- El sonido del motor/escape, una delicia típica de los seis cilindros.
En contra
- En modo Sport la gasolina desaparece como por arte de magia.
- Que el toldo sea de lona no les agrada a muchos.
- Se siente mucho el calor y la humedad en el interior dependiendo del clima.
BMW Serie 2 M240i Convertible
$914,900
- Motor: L6, 3.0 litros TwinPower Turbo
- Potencia máxima: 340 hp @ 5,500 rpm
- Par máximo: 369 lb-pie @ 1,520 rpm
- Transmisión: Automática de 8 velocidades
- Tracción: Trasera
- Frenos: Discos ventilados delanteros y sólidos traseros
- Peso: 1,710 kg
- Velocidad máxima: 250 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 4.7 segundos
- Suspensión delantera: McPherson independiente
- Suspensión trasera: Paralelogramo deformable
- Longitud: 4,454 mm
- Cajuela: De 280 a 335 litros
- Consumo en ciudad: 10.2 km/l
- Consumo en carretera: 16.7 km/l
- Consumo promedio: 14.3 km/l
- Emisiones de CO2: 164.4 g/km
- Capacidad del tanque: 52 litros