Chevrolet Cheyenne Centennial a prueba; la fórmula que ha durado 100 años, y que pronto mejorará
Por razones de calendarización, y nada más, sigo inmerso en el amplio universo de vehículos de General Motors, quienes presentaron varios modelos nuevos en los últimos meses, que poco a poco he ido probando.
En esta ocasión me tocó subirme al asiento más alto, literal y figurativamente. Las pickups son, han sido y serán iconos de la movilidad en América del Norte. Las encontramos desde hace poco más de un siglo trabajando los campos, transportando víveres y materiales, en zonas de construcción y junto a la maquinaria pesada más impactante en el mundo. Hoy, al volante de Cheyenne Centennial, voy a rendirle homenaje a todas estas máquinas que a través de la historia, han hecho que el mundo se vea como se ve hoy.
Lo más novedoso
¿Alguna vez escucharon o leyeron la frase, este vehículo lo tiene todo? Permítanme platicarles como Cheyenne Centennial lo tiene todo. ¿Potencia? 420 hp y 460 lb-pie de par, ¿Manejo? Dirección electrónica y suspensión 4x4, caja de transferencia de par con reductora y bloqueo automático de diferencial trasero. ¿Seguridad? ABS, Stabilitrak, Teen Driver, OnStar y 6 airbags. ¿Entretenimiento? Internet 4G LTE para 7 dispositivos, navegación, reproductor BluRay con pantalla abatible y audífonos inalámbricos, toma de corriente de 110 V, cargador de inducción, audio Bose con surround y la cabina más amplia que puedan imaginar... multiplicada por 2.
Si algo le falta a esta Cheyenne, son estribos. Los de piernas cortas tendrán que hacer cardio para entrar y salir.
¿Y tener todo esto es bueno? Sí, claro que sí. Cheyenne está a la par de marcas premium en equipamiento, la calidad no brilla por su elegancia pero sí por su durabilidad y además de un vehículo lúdico, hace su trabajo como ningún otro, pudiendo cargar hasta 790 kg en la batea y remolcar hasta 4,120 kg sin que su gran V8 y transmisión de 8 velocidades sufran por el esfuerzo. Además, tiene modo remolque, que estabiliza el manejo en caso de que éste empiece a serpentear.
100 años se notan
Esta es una frase de doble sentido, 100 años de experiencia en fabricar pickups coloca a GM como uno de los líderes a nivel mundial. En México, el 60% de sus vehículos de trabajo se venden en los estados del norte -sin sorpresas-, y en EEUU y Canadá, se quedan apenas por debajo de la perenne súper ventas, la Ford F150 (Lobo, en México). Versiones hay para aventar, desde cabinas sencillas con transmisión manual, hasta las tope de gama y las ediciones especiales como la versión Centennial, que además de ser llamativa por su tamaño y color único, conmemora a quienes han sido dueños de Cheyenne -Silverado en otros mercados- por generaciones, ofreciendo detalles exclusivos como los emblemas en color negro, las placas de 100 años en los costados, un corbatín vintage grabado en el recubrimiento de la batea y los rines como de Escalade oscurecidos de 22 pulgadas, definitivamente un look único para un vehículo de esencia tan ruda.
Debo ser objetivo en mis pruebas de autos y, antes de continuar, quiero aclarar que Cheyenne (cualquier Cheyenne) para la ciudad, es un gasto de dinero demasiado alto, quienes aman las pickups y no pueden manejar nada que no cuente con este estilo de carrocería, les recomiendo que mejor experimenten en el segmento mediano, donde Chevrolet tiene Colorado, una excelente muestra de la evolución de una necesidad hacia un gusto, pero también existen ejemplares como Toyota Tacoma, Ford Ranger, VW Amarok y Nissan NP300 Frontier.
La potencia es digna de representar a un país donde más fuerte es mejor. La marcha... no tanto. Pasar un tope sin frenar lo suficiente significa un golpe a la espina dorsal fuerte y seco al pasar el eje delantero, y un trampolín al pasar la trasera. Curvea como... una pickup de 2.5 toneladas aunque el eje trasero siempre está bien plantado al piso, y frena mejor de lo que esperaba. El consumo de gasolina es altísimo en el tránsito citadino, el mejor entorno para una Cheyenne es la autopista, donde podrá aprovechar su -anticuado- sistema de desconexión de 4 cilindros y con un inmenso tinaco, perdón, tanque de casi 100 litros, podremos recorrer enormes distancias a velocidad crucero. Al tamaño es fácil acostumbrarse ya que las líneas tan rectas en todas las esquinas nos permiten intuir exactamente en donde se encuentra la esquina y por si la meopía nos está ganando, cuenta con sensores y cámara de reversa al momento de estacionarla.
El radio de giro es menor que varios hatchbacks, siempre y cuando no conectemos la tracción al eje delantero.
La otra cara
La plataforma Z71 de GM es reconocida por su modularidad y excelente funcionamiento para incursiones todoterreno. Esta Cheyenne, que es más larga que la mayoría sólo se ve limitada por su distancia entre ejes, que reduce la capacidad de vadeo ventral, es decir, entre ambos. Cambiar de función es tan fácil como girar una perilla, de 2 HI a 4 HI se puede hacer el cambio en marcha y para activar la reductora hay que detenerse y seleccionar la posición N en la transmisión. No es un Wrangler, ni pretende serlo, pero así con llantas de calle y rines enormes, libra la mayoría de los obstáculos con poco esfuerzo, y si se complica más la adherencia, contamos con control de descenso de pendientes que siempre mantendrá la Cheyenne viendo hacia el frente.
Dejando a un lado que en México sólo se encuentran disponibles 100 unidades Centennial, dudo mucho que las empresas que utilizan pickups decidan que una doble cabina con caja larga y motor 6.2 litros sea su mejor opción. Este tipo de pickups (Ford Lobo Titanium, Ram Limited) son para el dueño del rancho o la plantación, que disfrutan de supervisar la operación en primera persona y que además se internan en los potreros frecuentemente. A menos que tu ciudad de residencia sea Dallas o Charlotte, Ontario o Mexicali, Cheyenne Centennial no es apta para estacionarse alrededor del Parque España, es más, hay estacionamientos que te van a discriminar, por falta de espacio.
Si tu acomodado estilo de vida lo permite, y sueles viajar entre ciudades, ranchos o países, entonces sí, apresúrate a conseguir una de las limitadas unidades de Cheyenne Centennial, que tampoco están disponibles en todos los distribuidores Chevrolet, hay que averiguar antes de ir. Yo disfruto como niño con juguete nuevo cada que paso la semana a bordo de una pickup así, luego sufro para rellenar el tanque y acto seguido, imagino que tengo una vida donde mis botas y mi sombrero tienen compartimentos perfectamente pensados dentro del habitáculo de mi Cheyenne. Ya conocí el modelo 2019 en mi viaje a Detroit, y sólo espero que hayan mejorado la suspensión al nivel de sus compatriotas y que pronto llegue a México, ya estoy ahorrando para pagar mis 50 litros de gasolina en 5 días.
8.0
A favor
- El tren motriz, poderoso, bien balanceado y con la esencia americana.
- El espacio interior, se siente mayor al de Suburban.
- No hay plásticos duros ni brillantes, sorprendente.
En contra
- La suspensión delantera es dura y carga con la mayoría del peso, se nota al andar.
- El consumo es ridículo, es hora de revisar los V8 que se seguirán usando para las pickups de GM.
- No hay estribos, por el precio, deberían ser eléctricos y tapizados con terciopelo rojo.
Chevrolet Cheyenne Centennial
1,019,500
- Motor:: V8 de 6.2 litros
- Potencia máxima:: 420 hp @ 5,600 rpm
- Par máximo:: 460 lb-pie @ 4,100 rpm
- Transmisión:: Automática de 8 velocidades
- Tracción:: Trasera con eje delantero conectable, reductora y bloqueo de diferencial trasero
- Frenos:: De disco en las 4 ruedas
- Peso:: 2,488 kg
- Velocidad máxima:: N.D.
- Aceleración de 0 a 100 km/h: N.D.
- Suspensión delantera:: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera:: Eje rígido con muelles
- Longitud:: 5,843 mm
- Cajuela:: 1,512 litros
- Consumo en ciudad:: 6.4 km/l *
- Consumo en carretera:: 8.9 km/l *
- Consumo combinado:: 7.6 km/l *
- Emisiones de CO2:: N.D.
- Capacidad del tanque:: 98 litros