Mazda MX-5 RF, a prueba: un 'hard-top' para ir de verano todo el año
Hay gustos culposos y otros de los que nos sentimos hasta orgullosos. Da gusto gritar a los cuatro vientos que el Mazda MX-5 nos fascina, porque pocos deportivos mantienen tan viva la esencia de la conducción old-school, se pueden adquirir sin hacer sangrar nuestra cuenta de banco y se disfrutan en ciudad y carretera por igual. Pero, ¿qué pasa cuando a ese MX-5 tan tradicional le extirpamos la transmisión manual y le añadimos peso justo donde menos lo queremos (en el techo)?
El Mazda MX-5 RF —su nombre completo es Retractable Fastback— es la respuesta de los japoneses a todos esos clientes que no quieren un techo de lona... y no son pocos. El techo duro trae consigo un diseño más espectacular, pero también se lleva parte de la sencillez que caracteriza al MX-5 y, por alguna razón, no se puede pedir con tres pedales. Pero no te confundas, el MX-5 RF está lejos de ser un error.
Retractable Fastback, o cómo evitar las salidas fáciles
Mazda tenía dos opciones: no ofrecer un techo rígido para el nuevo MX-5 o hacerlo de la mejor manera posible. La salida fácil hubiera sido implementar un simple techo duro automatizado como cualquier otro descapotable, pero el MX-5 no es como cualquier otro descapotable. Es cierto que la generación pasada contaba con un sistema así y fue todo un éxito, pero se alejaba de la esencia original del auto. ¿La solución? Apostar por una carrocería tipo fastback.
El MX-5 RF es un fastback lleno de estilo. El techo rígido aumenta el peso, pero el resultado estético es muy grato.
El techo retráctil del MX-5 RF está dividido en tres. Una de esas partes es la que sostiene al medallón. Al accionar el sistema que lo transforma de coupé a roadster, el medallón se levanta y se "traga" las otras dos piezas del techo, luego vuelve a su posición original. De esta manera, aun con el techo guardado, los postes C permanecen en su lugar.
Le toma exactamente 13 segundos llevar a cabo su transformación. Todo se hace a través de un interruptor ubicado en la parte baja del tablero. El sistema puede funcionar incluso con el auto en movimiento, aunque máximo a 10 km/h... es decir, casi detenido. La ventaja es que el techo guardado no afecta el volumen de la cajuela.
Quizá el Mazda MX-5 RF no sea tan sencillo como el modelo tradicional con techo de lona, pero gana mucho encanto y entiende la pasión que despierta en nosotros, los entusiastas, su carrocería al estilo de un Porsche 911 Targa.
Lo que de verdad importa, la conducción
Lo dije hace unos meses y lo repito ahora: el menor encanto de un Mazda MX-5 es que sea convertible. Más alla de todo el glamour, la verdadera magia de este auto se vive desde el puesto de conducción, y es justo aquí donde se encuentran —al menos sobre el papel— las principales diferencias respecto al modelo con techo de lona.
Con caja automática no es tan directo como el manual, pero sigue siendo ágil y la transmisión empata correctamente con el motor.
Ambos llevan el motor atmosférico de 2.0 litros de 155 hp y 148 lb-pie, pero en lugar de una transmisión manual de 6 velocidades, encontramos una automática también de 6 cambios para el RF. La respuesta es francamente buena. En el día a día, ofrece un buen balance entre aceleración y rendimiento, procurando —sin excesos— la parte baja del tacómetro. En ciudad promediamos exactamente 10 km/l. Una vez que accionamos el modo Sport, subirá rápido de revoluciones y se mantendrá ahí incluso si soltamos el acelerador.
Las transmisiones automáticas de Mazda siempre han entendido los mejores momentos del motor, y en el caso del MX-5 RF, la caja exprime todo el par disponible alrededor de las 4,000 revoluciones. No es tan directa como la manual de 6 velocidades, pero sí más cómoda y compensa, de cierto modo, con paletas de cambio en el volante. Con el pie a fondo, llega a 100 km/h en 7.4 segundos (0.1 s más lento que el manual) y sigue pujando hasta llegar a 215 km/h.
No hace falta ir demasiado rápido para disfrutar el manejo de un Mazda MX-5, y justo ahí está su gracia.
A nivel conducción, no sonreímos menos con el MX-5 RF. Es un auto de muchas sensaciones, sin necesidad de rebasar los límites de velocidad para disfrutarlo. Su conducción es directa, pero no cruda: la evolución de la ingeniería y la electrónica se hace evidente con una dirección asistida sumamente precisa y un esquema de suspensiones firme, que aun con llantas de perfil bajo, filtra correctamente para transmitir sólo lo que nos importa, sin golpeteo excesivo en caminos irregulares.
Por los extras de equipamiento, la transmisión automática y el techo rígido, el Mazda MX-5 RF gana 55 kilos, para quedar en un total de 1,129 kg. Muchos penalizarían el incremento de peso, pero lo cierto es que ni en el día a día ni en carreteras de montaña se siente muy distinto al modelo de techo de lona. Continúa trazando las curvas con gracia, bien pegado al asfalto, con apenas algo de body-roll, sumamente controlable y fiel a nuestras indicaciones. Mazda revisó elementos específicos del chasís —frenos, suspensión y dirección— para que el incremento de peso no representara una desventaja respecto al modelo original.
El apellido RF también implica más equipamiento
La única versión disponible del Mazda MX-5 RF es la i Grand Touring, que añade algunos extras no disponibles para el modelo con techo de lona. Contamos, por ejemplo, con un sistema de sonido Bose de 9 bocinas, una pantalla TFT en el cuadro de instrumentos, espejo retrovisor electrocromático, asientos calefactables forrados en piel, sensor de lluvia y aire acondicionado automático.
Por alguna razón, el RF sólo está disponible con este equipamiento y con transmisión automática. Tratándose de un auto casi de culto, nos hubiera encantado que el formato de la carrocería fuera independiente del nivel de equipamiento y de la transmisión, pero Mazda sabe bien lo que hace, y con el RF apuesta por la configuración más exitosa de la generación pasada: techo duro y caja automática. Quizá los más puristas se vayan justo por lo contrario, pero el volumen de ventas es quien manda.
Al final, con un precio de 466,900 pesos —110,000 pesos más que el MX-5 convencional—, el RF ya no es tan accesible, pero la relación diversión-exclusividad sigue a su favor. Hay modelos más rápidos y brutales, incluso más equipados, como un SEAT León Cupra, pero el MX-5 RF es un auto que no entiende de explicaciones; se compra con el corazón. Y es ahí donde actúan motor, chasis y diseño.
8.1
A favor
- La silueta de fastback enamora rápido.
- Es muy divertido de manejar.
- El rendimiento de combustible es muy bueno para un deportivo.
- El equipamiento, muy completo.
En contra
- Sólo se puede pedir con caja automática.
- Poco espacio para conductores altos.
Ficha técnica del Mazda MX-5 RF
Versión probada | RF i Grand Touring | ||
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Motor | 4 cilindros | Suspensión delantera | Independiente de doble horquilla |
Cilindrada | 1,998 cm³ | Suspensión trasera | Independiente Multi-Link |
Potencia máxima (hp @ rpm) | 155 hp @ 6,000 rpm | Longitud | 3,915 mm |
Par máximo (lb-pie @ rpm) | 148 lb-pie @ 4,600 rpm | Cajuela | 130 litros |
Transmisión | Automática de 6 vels. | Consumo urbano | 10.0 km/l |
Tracción | Trasera | Consumo en carretera'' | 14.8 km/l |
Frenos | Disco / Disco | Consumo combinado'' | 12.3 km/l |
Peso | 1,129 kg | Capacidad del tanque | 45 litros |
Velocidad máxima | 215 km/h | Emisiones de CO2' | 136 g/km |
Aceleración 0-100 km/h' | 7.4 s | Precio | $466,900 |
' Cifras oficiales del fabricante '' Cifras publicadas por la EPA