Aranceles de 25% a los productos mexicanos importados en Estados Unidos. Fue lo que el gobierno de Trump iba a imponer, pero cuya aplicación se pospuso por al menos un mes. Mientras tanto, ya se han sacado las cuentas de cuánto significaría un impuesto de esta magnitud para los coches: podrían costar 6,000 dólares más caros para los estadounidenses.
Uno de los argumentos que se han enarbolado durante meses sobre la amenaza de Trump de aranceles a otros países es la manera en que sería contraproducente para el propio Estados Unidos.
La importación de bienes con un precio inflado por el gobierno desmotiva este comercio, por lo que pierden ambos lados de una frontera. Pero si el producto es muy requerido, tendrá que importarse con todo y costo extra, que muy seguramente será trasladado al consumidor final.
Un impacto real
En el caso de los coches, Canadá, Estados Unidos y México comparten un historial de industria de unos 30 años, los mismos que llevan activos los tratados comerciales entre estos países.
“Los aranceles de esta escala no solo aumentarían los precios en los concesionarios, sino que perturbarían las cadenas de suministro, exprimirían a los fabricantes y tendrían un efecto dominó en la economía”, apuntan desde el medio estadounidense Carscoops.
Aunque se calculaba que estas tarifas aduaneras subirían en unos 3,000 dólares los precios de los coches en EE.UU., nuevas estimaciones de Cox Auto indican que sería un aumento de casi 6,000 dólares. Los coches con un precio menor a 40,000 dólares serían los más afectados, y con casi 40% de ellos con ajustes considerables de precio.
De cualquier manera, se espera que los aranceles impacten los precios de al menos la mitad de los 50 autos más vendidos en aquel país, los mismos que representan 60% del volumen de ventas.
¿Será que Trump da marcha atrás a su plan arancelario o continuará con este plan de presión internacional? Lo sabremos en unas semanas.