Continuando con su campaña Ford: Conduce tu Vida (Ford: Driving Skills for Life), la marca del óvalo ha develado un singular adminículo bautizado como “Traje de conducción bajo los efectos de las drogas”, diseñado para mostrar a los conductores los peligros de conducir bajo la influencia de sustancias como la marihuana, la heroína o la cocaína.
El traje, compuesto por vendajes, pesas, gafas y auriculares simula efectos que incluyen capacidad de reacción ralentizada, visión distorsionada y pulso tembloroso.
Este singular invento, al igual que el traje de conducción ebrio que presentaron el año pasado, se incorporará al programa Ford: Driving Skills for Life y permitirá a los jóvenes conducir con el traje puesto en un circuito cerrado. Esta iniciativa de la marca ha ofrecido formación gratuita a más de medio millón de jóvenes en todo el mundo durante los últimos once años
Los efectos de la marihuana, pero sin necesidad de fumarla
Ford desarrolló este traje en conjunto con científicos del Instituto Meyer-Hentschel de Alemania para simular algunos de los efectos que producen drogas como el cannabis, la cocaína, la heroína y el MDMA (más conocido como éxtasis). Entre ellos, encontramos la ralentización del tiempo, distorsión de la vista, pulso tembloroso y coordinación deficiente.
De acuerdo a un estudio europeo, los conductores que se ponen al volante después de haber consumido drogas tienen 30 veces más posibilidades de verse implicados en un accidente grave. A pesar de los riesgos, una de cada 10 personas asegura haber aceptado subir a vehículos conducidos por personas que consumieron algún tipo de estupefaciente.
Aparecen lucesitas mientras manejas
De acuerdo a Gundolf Meyer-Hentschel, CEO del Instituto Meyer-Hentschel:
Sabemos que algunas drogas pueden causar pulso tembloroso, así que hemos incorporado en los trajes un dispositivo que crea ese efecto.
Los consumidores de drogas a veces ven destellos de luz en su campo periférico, un efecto recreado por nuestras gafas, mientras que los auriculares generan sonidos imaginarios. Además, las gafas distorsionan la percepción visual e introducen sensaciones de color, un efecto secundario del uso de LSD.
El Centro Europeo de Monitorización de Drogas y Drogadicción calcula que durante el año pasado en Europa, 8.8 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años consumieron cannabis y 2.3 millones de personas en ese grupo de edad consumieron cocaína.