La evolución es inevitable y parece ser que ya ha llegado el turno del BMW i3, que buscará hacerse más accesible y con mayor rango de autonomía para llegar a más garages por todo el mundo.
Uno de los aspectos más relevantes que se cree podría tener para lograr sus metas sería el de reducir el uso de fibra de carbono y compensarlo con aluminio, cosa que ayudaría a hacer más barata su construcción y por ende reducir el precio final.
Se espera que la próxima generación llegue en 2022.
En un inicio es claro que el aluminio aumentará su peso, sin embargo, se esta estudiando la posibilidad de usar materiales más ligeros en interiores y algunos otros en la estructura del auto, además, la constante evolución en el desarrollo de las baterías significa que cada vez pueden llegar más lejos y sobretodo, que pesan menos y ocupan un menor espació.
Al final del día podríamos tener un i3 más ligero, con un mejor trabajo aerodinámico, mucha más autonomía, cosa que no es noticia, y un precio accesible que lo haga poder ponerse a la altura del Chevrolet Volt.
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