Cuando escuchas que un auto cuesta dos millones de dólares, una de las cosas que piensas es que es infalible, que por ese precio más le vale que absolutamente nada salga mal. No sólo esperas los mejores materiales y acabados, también supones que se utilizó la mejor mano de obra posible, pero en realidad ése no es el caso.
Como prueba de esta desafortunada constante en la industria automotriz, encontramos al Bugatti Veyron que llevará a cabo tres llamados a revisión de 172 unidades vendidas en Estados Unidos.
El primer recall incluye a 72 Vyron 16.4 y Veyron Grand Sport producidos de 2006 a 2010 y de 2009 a 2010 respectivamente, que presentan un fallo en el medidor de gasolina, lo que puede causar que el auto se quede sin combustible mientras manejas.
En el segundo incluye 13 Veyrons 16.4 producidos de 2006 a 2008 que presenta un problema en el cable positivo de la batería, el cual puede desgastarse lo que llevaría a un sobrecalentamiento del mismo, lo que puede derivar en que se incendie el auto.
Por último, el tercer llamado a revisión involucra a 87 Veyron 16.4, Veyron Grand Sport y Veyron Super Sport que tienen un defecto en las placas de aluminio situadas por debajo del vehículo, las cuales puede corroerse y desprenderse.
Como es de esperarse, en todos los casos Bugatti contactará a los propietarios de los vehículos y realizará las composturas necesarias sin costo alguno.
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