¡Sí, los videojuegos pueden ayudarte a conducir mejor e incluso enseñarte técnicas que desconocías!
¡Apaga eso o se te va a secar el cerebro! Un clásico. Los videojuegos han avanzado de una manera increíble desde que vimos llegar a Pong, y hasta los títulos más recientes que tienen un nivel de detalle increíble. Por ello, nos surgió una duda. ¿De verdad un videojuego te puede hacer un mejor conductor o enseñarte algo aplicable a la vida real?
Entrando más al mundo de los autos, los videojuegos de tal temática, tienen un abanico enorme de títulos y géneros. Encontramos desde los clásicos arcades pensados meramente en la diversión como Need For Speed y Crazy Taxi, hasta los simuladores más realistas como iRacing, Asetto Corsa o un poco Gran Turismo. Todos nos pueden ayudar a desarrollar ciertas habilidades, pero algunos pueden ser mejores que otros.
Fundamentando, el videojuego no sólo es una perdida de tiempo
Miles de personas hemos escuchado que los videojuegos no tienen ningún beneficio, sin embargo, acorde a la universidad de Nueva York, en su campus de Shanghai y la universidad de Hong Kong; se descubrió que jugar videojuegos de carreras o incluso de disparos en primera o tercera persona y de acertijos, puede ayudarnos a reaccionar más rápido, analizar variables con mayor velocidad y tomar decisiones correctas en menor tiempo, esto al conducir o en situaciones del día a día.
Se usaron dos grupos de personas que no tenían el hábito de jugar videojuego; a un grupo se le encomendó jugar 10 horas de un título de Mario Kart dividido en sesiones de una hora durante unos días, mientras que al otro grupo en el mismo tiempo se le pidió jugar Roller Coaster Tycoon III, un juego que no aporta tanta acción y las decisiones se toman con más tiempo.
En resumen, los que jugaron Mario Kart lograron tener un mejor desempeño en aspectos visuales y motores, con reacciones más rápidas y evitando más obstáculos. Para comprobar los efectos se les pidió jugar un simulador en el que debían mantener un auto en línea recta que tiende a irse a los lados debido a una simulación de vientos cruzados. De nuevo, quienes jugaron Mario Kart, respondieron mejor y contrarrestaron los cambios de dirección más rápido y de mejor forma.
Podríamos decir entonces que sí, los videojuegos —aunque no necesariamente de carreras—, pueden ayudar a mejorar nuestra reacción al conducir y analizar variables que pueden presentar riesgos de una forma más rápida.
¿Y que hay de enseñarte a pilotar?
Como tal no hay un estudio que lo avale, pero podemos observar casos como el del famoso Gran Turismo Academy de Nissan. En el que la marca nipona se alió con Polyphony Digital, los creadores del simulador para Playstation, en el cual los mejores gamers son elegidos para participar por una oportunidad de convertirse en pilotos profesionales.
Han avanzado tanto los simuladores que ya es posible modificar condiciones como el clima para ver los efectos sobre el desgaste de llantas en superficies frías, calientes o mojadas.
Otro ejemplo es el de los pilotos profesionales que entrenan con juegos como iRacing para mejorar sus habilidades o tratar de encontrar una mejor forma de atacar cierto circuito. Hablando de iRacing, es un simulador que incluso equipos de la Indy y NASCAR usan para entrenar a sus pilotos cuando no están en el circuito. De igual forma, otros equipos cuentan con softwares privados, que al final del día tienen ese mismo propósito.
En el caso de simuladores como Project Cars, Asetto Corsa, Gran Turismo, Forza Motorsport y iRacing, podemos entender mejor el funcionamiento de los autos, pues los motores gráficos y físicos pueden imitar casi a la perfección el comportamiento de un auto real, al igual que los cambios en su conducción cuando modificamos aspectos de aerodinámica, dureza de amortiguación, presión de neumáticos, relaciones de caja de cambios o añadimos alguna pieza para el desempeño, etc.
De tal forma podemos darnos una idea de la reacción del vehículo en la vida real y entender principios básicos de la conducción. Claro, entre mejor equipo tengamos para disfrutar de un simulador será mejor, pues encontramos que ya hay hardware capaz de retroalimentar la fuerza en el volante, o incluso mover nuestro asiento acorde a las deformaciones del camino y dirección en la que giremos.
Sí, es posible aprender algo y pulir técnicas, pero nada se compara como hacerlo en la vida real, pues por más realista que sea un simulador, jamás tendremos el factor de riesgo y de la física, así pues en la vida real no existe un botón u opción para hacer rewind y evitar un despiste o choque, y tampoco estamos expuestos a las sensaciones que las fuerzas G provocan, la temperatura o visibilidad con casco puesto y suciedad real en el parabrisas.
A título personal....
Los videojuegos son algo de lo que más me gusta además de los autos. Constantemente me divierto con títulos como F1 2017, Project Cars y Forza Motorsport, y de cierta forma cuando he tenido oportunidad de acudir a un evento donde se permite correr en el trazado completo del AHR o en algún otro evento. Hay ciertas cosas en las que puedes encontrar relación al mundo real, por ejemplo la sensación y corrección cuando pierdes un poco de tracción, la forma en la que aprendes a tomar una curva o la sensación de agarre conforme tus llantas ganan temperatura, detalles pequeños, pero que al final del día complementan lo real con lo virtual.
Imagen BAC MONO | Windowscentral.com
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