"¿SUVs? Checked. ¿Subcompactos? Checked. ¿Compactos? Checked. ¿Qué sigue?". Así es la estrategia de lanzamiento de Hyundai en México, que no conforme con haber superado con más del 50% sus expectativas de ventas con tres modelos en el mercado, ahora traen al país su producto más moderno a nivel mundial: el Hyundai Sonata.
El fabricante coreano quiere jugar el mismo juego que Volkswagen con el Passat, Nissan con el Altima y Toyota con el Camry, sólo por citar a algunos de sus muchos competidores. A favor del Sonata pinta la frescura de haber sido lanzado internacionalmente este mismo año; en contra, ser el "desconocido" en un país al que aún le cuesta dejar ir a sus muertos.
Puro narcisismo
¿Quién le dijo al Hyundai Sonata que para triunfar había que ser bien parecido? Bueno, si un día te enteras quién fue, dale las gracias de nuestra parte. Hasta no hace muchos años, la 'regla' para triunfar en el segmento de los sedanes medianos era ofrecer mucho espacio y equipamiento; lo de afuera era lo de menos.
Pero, seamos sinceros, el físico le importa hasta a quien asegura que lo más importante de una persona es lo que lleva dentro —ya sabes, los sentimientos y esas cosas cursis. Por suerte, los coches no son personas, así que entremos en materia. El Hyundai Sonata llega a México a ligar, y para lograrlo tuvo que pasar horas y horas en el espejo departamento de diseño.
El resultado es un sedán imponente, de líneas agresivas y que inspira un carácter fuerte en la parte fontal, donde todos los trazos convergen hacia el centro, dándole protagonismo a la parrilla hexagonal. Algunos detalles premium, como las luces LED de conducción diurna, le dan al Hyundai Sonata aires de exclusividad. La parte trasera, en cambio, se percibe más deportiva —pero no menos elegante— gracias al escape doble y a las calaveras LED que, para algunos, son muy Audi por las noches.
Entonces... ¿Lo llamamos superficial?
Entonces, si lo de dentro es lo que importa y lo de afuera es pura vanidad, el Hyundai Sonata tiene que tomarse unas vacaciones para interiorizar y volver menos superficial. Que no se malinterprete, el habitáculo en realidad no deja un mal sabor de boca, pero no se percibe tan bien logrado como el exterior.
Lo que por fuera son líneas dulzonas para la mirada, por dentro son trazos más sobrios que seductores, todo muy enfocado a la funcionalidad haciendo de lado la modernidad en el diseño de los botones, del reloj digital que Hyundai se resiste a retirar de sus tableros, y del sistema multimedia, cuya pantalla es más pequeña de lo que se esperaría incluso en modelos más económicos.
Desde el puesto de conducción, el ambiente es de calidad, pero no para ser el referente de su categoría. Con competidores como el Mazda 6, nos extrañó que el Hyundai Sonata no apostara por plásticos más suaves y mezclas más atrevidas. Nuestro coche de pruebas llevaba interiores en combinación negro-gris titanio, pero también está disponible una menos convencional y más acertada mezcla con asientos en piel café.
Nuevo nivel de comodidad desbloqueado
Más allá de la simpleza de los mandos —recuerda, no hay que ser superficiales— llega el momento de descubrir sus encantos. El Hyundai Sonata es uno de los ejemplares más cómodos del segmento, no sólo por su andar —del que hablaremos en la segunda parte— sino por su nivel de equipamiento.
Sentarse en los asientos del Sonata en medio de la histeria del tráfico de [introduzca el nombre de su ciudad] es un consuelo. Los trayectos se vuelven más amenos gracias al clima automático de doble zona y al sistema de sonido con bocinas Dimension, subwoofer y amplificador externo, compatible con iPod y con conexión Bluetooth. El techo panorámico, además, ofrece una vista privilegiada a los pasajeros durante las estrelladas noches de invierno. El resto del equipamiento se resume a mandos eléctricos (vidrios, espejos, seguros y asientos), computadora de viaje con pantalla a color en el cuadro de instrumentos, control de velocidad crucero, cámara de reversa, mandos al volante y freno de estacionamiento electrónico.
Como buen sedán mediano, el espacio es una virtud. Cualquiera de las cinco plazas ofrece suficiente espacio para cabeza, piernas y caderas; incluso las personas altas viajarán cómodas a bordo del Hyundai Sonata. Para salir de viajes, resultará menos cansado y se podrá llevar hasta la jaula del perico en la cajuela, que según Hyundai es de 462 litros, pero parecen muchos más.
Echamos de menos los asientos calefactables, una pantalla táctil más grande con sistema de navegación (opcionales) y comandos de voz.
Continuará...