Si eres fanático de las altas prestaciones, seguramente relacionas un motor y un sistema de escape ruidosos con el alto desempeño que pueda ofrecer un coche, tal como pasa con los míticos muscle cars cuyo sonido es música para nuestros oídos, aunque al parecer el gobierno francés no piensa lo mismo y por ello comenzará a instalar radares de ruido en las calles del país.
Al parecer la Unión Europea no solo está enfocada en disminuir las emisiones contaminantes en el viejo continente, sino también a reducir la cantidad de contaminación auditiva que los vehículos generan y por ello ha obligado a las armadoras a instalar sistemas de escape eficientes que ayuden a disminuir el ruido generado por los vehículos hasta límites soportables y para verificar que se cumpla con la norma se instalarán nuevos radares de sonido en las calles del continente.
De acuerdo con estas modificaciones a los reglamentos de tránsito en la eurozona, los sistemas de escape deportivos, que antes eran símbolo de poder y desempeño, ahora quedarán prohibidos y la policía podrá detener y sancionar a vehículos que incumplan con la normativa de contaminación acústica impuesta para todos los países pertenecientes.
Con estas prohibiciones por parte de la UE, los fabricantes de automóviles se las están ingeniando para mantener contentos a sus clientes que gustan de comprar vehículos deportivos y por ello han comenzado a desarrollar sistemas que envían el sonido del motor al interior de la cabina, permitiendo al conductor escuchar su potente máquina, pero sin molestar a los transeúntes de la ciudad (si es que alguien se molestaba por es razón).
Para verificar el cumplimiento de estas nuevas normativas, la ciudad de París se utilizará como sede piloto para las pruebas, donde ya se han instalado los primeros sensores, mismos que están equipados con 4 micrófonos y un sistema de triangulación de sonido para identificar al automóvil que supere los decibeles permitidos.
Aún con toda esta tecnología, resulta poco creíble que en el sistema pueda detectar con precisión cuál de todos los automóviles es el que produce tanto ruido, sobre todo en condiciones de tráfico intenso donde los sonidos se entremezclan, así que su efectividad está por comprobarse.
La empresa encargada de producir estos radares es Bruitparif, una organización ambiental sin fines de lucro que piensa en el ruido como uno de los mayores males en la actualidad, por lo que buscan maneras de medir los decibeles generados por cientos de vehículos en tan solo unas cuantas décimas de segundo, marcando con colores las fuentes de sonido para identificar a quienes excedan el ruido permitido.
Ya veremos que tan bien funciona este sistema en el futuro, aunque es triste que pronto los ciudadanos de Europa, fieles seguidores del sonido de los motores de combustión interna ya no podrán disfrutar de este gran placer.
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