A partir de 2035, en Europa sólo se venderán vehículos eléctricos, algo que ya fue aprobado por la Unión Europea y que en países como el nuestro se ve muy lejano, mientras que en Estados Unidos, las nuevas normas de emisiones se encaminan a dar prioridad a los coches eléctricos o híbridos enchufables y de esta forma hacer una transición más amigable con los consumidores, sin embargo, de acuerdo con un estudio realizado por la consultora McKinsey&Co, que analiza las tendencias del mercado y movilidad, el 29% de las personas que han comprado un coche eléctrico, regresarían de nueva cuenta a comprar un coche con motor de combustión interna.
El resultado se basó en una encuesta realizada a más de 30,000 consumidores de 15 países, que representan el 80% del mercado de coches. Si bien ese porcentaje es el promedio del global de conductores encuestados, existen en países en el que se eleva casi a la mitad. Es el caso de Estados Unidos y Australia, el 46% y el 49% de los propietarios de un modelo eléctrico "retrocederían" a uno de combustión interna. En China, el mayor mercado de eléctricos del mundo, lo haría un 28%.
En Europa, los que se pasarían de nuevo a un auto a gasolina son menos: 24% en Alemania, 18% en Noruega y Francia, y un 15% en Italia. Esto tomando en cuenta que Noruega y Alemania son los dos países europeos con mayor cuota de coches eléctricos: 82% y 18% respectivamente, en 2023.
Las principales razones que destacan los conductores de vehículos eléctricos para regresar a los de gasolina son dos: el 35% considera que no hay suficientes puntos de carga y un 34% señala que mantener un coche eléctrico es caro. Además, un 32% señala los viajes largos, lo que nos lleva de nuevo a la infraestructura de carga, aunque también a la autonomía.
Noruega es el país europeo con mayor densidad de puntos de carga, con un total de 4,486 por cada millón de habitantes. En Alemania es menor, con 1,430 puntos de carga por millón de habitantes, cerca del promedio de Europa, que se sitúa en 1,408. En Estados Unidos los puntos de carga están creciendo, y en mayo de este año ya suman 183,000 puntos, pero dadas las respuestas de los consumidores no son suficientes, o al menos no son tan efectivos como debieran.
Además, la red de carga no es homogénea, pues cada cargador pertenece a una compañía eléctrica, marca o red de carga. Eso implica varias tarifas y ser cliente de diferentes compañías si queremos un precio reducido. Además, muchos exigen usar una aplicación para pagar, lo que supone tener en el teléfono diferentes aplicaciones para poder cargar.
Sin duda, el regreso a los coches de combustión tiene más que ver con el uso de los eléctricos que con el coche en sí: pocos han respondido en el informe que sea porque no les gusta conducirlos en comparación a un térmico (13 %). Mejorar el ecosistema que los sustenta será determinante para que esta tendencia no vaya a más.
