Uno de los más grandes desafíos que atraviesan muchas industrias en la actualidad es la escasez de microchips o semiconductores. En el sector de los autos y de las motos, la compleja electrónica detrás de los nuevos modelos requiere de una gran cantidad de componentes, y ante un desabasto que no cesa, una nueva inquietud comienza a surgir: no hay suficientes piezas para fabricar frenos ABS.
El problema comienza a impactar, sobre todo, al sector de las motocicletas. Tal y como relatan nuestros colegas de Moto-Station, algunos fabricantes han tenido que disminuir su producción a raíz de la falta de suministro de sensores de ABS por parte de proveedores externos, que no pueden fabricar los sensores necesarios por falta de materia prima.
Ante el desafío, algunos fabricantes de motos han dado prioridad a la producción de sus modelos más costosos, con el fin de aprovechar las piezas en unidades que dejen un mayor margen de ganancia, aunque suponga extender la lista de espera en modelos de gama media o baja.
La industria automotriz parece tener más controlado el suministro de piezas para frenos ABS. La producción de autos se ha visto fuertemente afectada, con unidades llegando a cuentagotas a concesionarios y, en casos extremos, con recortes de equipamiento para poder continuar produciendo. Peugeot, por ejemplo, eliminó cuadros de instrumentos digitales en Europa; Chevrolet ha quitado sistemas start & stop e incluso Suzuki ha traído a México unidades sin pantalla táctil.
Se espera que el abasto de semiconductores se normalice hasta mediados de 2023, aunque algunas empresas incluso estiman que la escasez podría extenderse hasta 2024. La falta de componentes ha puesto en jaque al sector automotriz, al de las motocicletas y a prácticamente cualquier industria relacionada con electrónicos.
