Todo parece indicar que al Grupo Volkswagen no le están saliendo las cuentas con el coche eléctrico. Y es que después de anunciar que suprimirá 1,200 puestos de trabajo en su planta de Zwickau, que produce los modelos Volkswagen ID.3 al ID.5, así como el Audi Q4 e-tron, también recortará empleos en la fábrica Audi de Bruselas, que produce el Q8 e-tron.
De hecho, en Zwickau, la producción funciona a dos tercios de su capacidad debido al colapso de la demanda de coches eléctricos, mientras que en el caso de la planta de Bruselas, la demanda del Q8 e-tron es tan baja que el grupo se plantea cerrar la fábrica.
Al respecto, Audi inició un "proceso de información y consulta" sobre la planta, esto con el fin de encontrar una solución para el emplazamiento, que cuenta con cerca de 3,000 colaboradores. "Esto también podría conducir a un cese de las operaciones si no se encuentra una alternativa", indicó la marca en un comunicado.
Cerrar la planta de Audi en Bélgica podría suponer un costo adicional de 2,600 millones de euros al plan de ahorro, de más de 10,000 millones de euros, a tres años anunciado a principios de 2023. La situación empieza a ser problemática para el grupo alemán, hasta el punto de que algunos, como el medio Berliner Zeitung se cuestionan si a largo plazo el coche eléctrico enterrará a Volkswagen.
En declaraciones a dicho medio, el experto Ferdinand Dudenhöffer, fundador del instituto privado de investigación Center Automotive Research (CAR), expresó su preocupación por la evolución de Volkswagen y se muestra muy pesimista sobre el futuro de la electromovilidad en Alemania.
"Si no conseguimos contrarrestarlo, sufriremos daños a largo plazo. Puede que este daño no se haga patente mañana por la mañana, sino dentro de dos o tres años. Sin embargo, a más tardar en 2030, todo el mundo se dará cuenta de que ya no podemos permitirnos un tráfico con tantas emisiones de CO₂", indicó Dudenhöffer.
Por lo pronto, la industria china seguirá produciendo coches eléctricos, aunque sólo dos del centenar de marcas que producen coches eléctricos sean rentables. "Los chinos seguirán ampliando su progreso por delante de nosotros, mientras que nosotros saldremos perdiendo, y entonces fábricas como Bruselas o Zwickau estarán aún más en peligro", aseguró Dudenhöffer.
Es importante señalar que la incertidumbre sobre el futuro del coche eléctrico, así como la eliminación de las ayudas gubernamentales para la compra de coches eléctricos en Alemania a finales de 2023, terminaron de hundir las ventas de estos autos en el primer mercado europeo y el motor de la economía europea.
Para Dudenhöffer la solución a los problemas del Grupo Volkswagen y de la industria alemana del automóvil con el coche eléctrico, está encaminada a cooperar más con China para beneficiarse de sus ventajas y poder seguirle el ritmo.
De hecho, para Dudenhöffer, los aranceles contra los fabricantes chinos no son útiles. En su lugar, “tenemos que acercarnos a China e intentar beneficiarnos de su experiencia. Cuanto más cerca estemos de China, más estables seremos con los coches eléctricos, y lo que están haciendo los políticos y lo que está haciendo Bruselas es exactamente lo contrario", agregó.
