La tecnología que ahora encontramos en los autos los ha hecho más seguros, más eficientes y hasta más bonitos, sin embargo, toda esa carga de nuevos desarrollos y la mayor presencia de componentes electrónicos también ha dificultado la labor de meterles mano. Antes, como usuarios, podíamos realizar tareas sencillas, como cambiar las bujías e inclusive cambiarle el aceite al motor. Ahora, se requieren de manos especializadas y de herramientas específicas para ello.
Podríamos pensar que con sólo conectarle un escáner al coche para detectar alguna falla la labor del mantenimiento sería más sencilla, sin embargo, nada más lejos de la realidad, pues un nuevo estudio, realizado en Estados Unidos por la consultora Wrenchway, reveló lo contrario.
Dicho estudio realizó encuestas a técnicos dedicados a la reparación de automóviles a gasolina y diésel, así como algunos encargados en hojalatería y pintura y, el 49 por ciento señalaron que habían considerado abandonar su trabajo. La insatisfacción, derivada del salario, fue la principal causa, mientras que la demanda física y mental al ejecutar este trabajo representó un porcentaje menor, seguidas por los costos de las herramientas.
De acuerdo con el estudio, en Estados Unidos muchos talleres pagan a los empleados una tarifa fija por trabajo, independientemente de cuánto tiempo les lleve. Este es un punto conflictivo según la encuesta, que encontró que el 65 por ciento de los técnicos preferirían un salario fijo, con un horario determinado, así como bonificaciones de producción.
En cuanto a los profesionales ya establecidos, los pone bajo tensión el hecho de que deben mantenerse al día con los sistemas de vehículos que están en constante actualización, lo cual requiere una formación considerable. Algunos talleres pagan por esa formación, otras no, lo que ha obligado a los técnicos a invertir de su propio dinero en equipos y capacitación.
