Imagina que dejas tu coche estacionado en la calle y que al amanecer lo encuentras con un agujero de 50 cm en el techo, resguardado por bomberos y rodeado de curiosos. Esa es la historia que vivió el propietario de un Renault Clio en Estrasburgo, Francia el pasado 20 de noviembre, y la explicación deja todo un abanico de hipótesis: desde la caída de un meteorito, hasta pipí congelada.
Meteorite impacts car in Strasbourg, France. pic.twitter.com/BB1PNR3hSJ
— Joe Quinn (@SeosQuinn) November 21, 2023
¿Qué sucedió? Los bomberos recibieron llamadas de algunos vecinos de la zona, quienes alegaban que había un coche con un agujero enorme en el techo y del cual salía hubo. La sospecha es que ese Clio había sido golpeado —y destrozado— por un meteorito durante la madrugada, pero al llegar los cuerpos de emergencia, lo único que encontraron dentro fue una piedra de 2 cm.
Por las dimensiones de la perforación, que ronda los 50 cm de diámetro, parece imposible que esa pequeña piedra pudiera causar tal daño. El impacto atravesó el techo, los bajos y el tanque de combustible. De cualquier modo, la pequeña roca fue extraída para ser analizada.
El Museo de Historia Natural de París menciona que no se trata de un meteorito por distintos motivos. El primero es que, al entrar a la atmósfera, la velocidad de un resto rocoso del espacio se vuelve más lenta; en segundo, que el cruce por la atmósfera deja señas muy particulares en un objeto, como una pequeña capa negra en la superficie y ángulos afilados o caras planas. La piedra analizada no tiene ninguna de estas características.
El objeto que perforó a ese Renault Clio, en definitiva, no podía medir 2 cm. ¿Cuál es la otra explicación? Que haya sido un objeto que se derritiera tras el impacto. Ahí es donde la hipótesis de pipí congelada cobra sentido.
Alan Cirou, codirector de Ciel et Espace, menciona que en ocasiones los aviones vacían los baños al acercarse al aeropuerto, y aunque los derrames no son habituales, ahí se forman bloques de hielo. Desechos caídos desde un avión pudieron provocar el impacto con el vehículo. También existe la opción de que el bloque de hielo se haya formado en otras partes del avión, como el tren de aterrizaje o debajo de las alas. François Colas, director de investigaciones del Centre National de la Recherche Scientifique (centro nacional de investigaciones científicas) de París, coincide en que el objeto pudo provenir de un avión.
Las investigaciones continúan. El dictamen es importante para el seguro. La mayoría de las compañías no cubren desastres naturales, y la caída de un meteorito forma parte de esa categoría.