Recordando al Bugatti EB110, el superauto de fabricación italiana que marcó el regreso de la marca francesa
En el mundo existen muy pocas marcas que tengan un renombre como el de Bugatti, la marca de superautos que en la últimas dos décadas se ha puesto en boca de todos por construir algunos de los vehículos más rápidos en este planeta, sin embargo, su historia inicia con en 1909, cuando Ettore Bugatti, fundador de la marca, se dispuso a crear los modelos más exclusivos y rápidos del mundo.
En aquel entonces, Ettore consiguió un sinfín de logros en campeonatos mundiales con sus excepcionales vehículos, que contaban con motores potentes, duraderos y muy fiables, que les permitían a los autos franceses continuar en la carrera cuando sus competidores perecían poco a poco durante la contienda.
Lamentablemente, la historia de Bugatti se vio opacada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la muerte de Ettore en 1947, apenas 3 meses después de haber podido recuperar su fábrica en Francia. Tras su deceso, los empleados y trabajadores de la firma continuaron trabajando y lanzaron el Type 251, mismo que fue un reverendo fracaso y llevó a la quiebra a Bugatti, cerrando sus puertas en 1963.
Casi tres décadas después, Romano Artioli, un empresario italiano, adquirió los derechos para producir autos bajo el nombre de Bugatti, que era lo único que quedaba de la marca en aquel entonces. En 1991 lanzó al mercado el Bugatti EB100, el primer y único auto de la marca fabricado en Italia, específicamente en la planta ubicada en Módena.
Este superauto fue una verdadera revolución para su época. El diseño era un poco tosco, aunque sumamente aerodinámico, incorporando un frente puntiagudo con grandes ópticas cuadradas y una pequeña toma de aire en la parte inferior del parachoques frontal, además de puertas de tijera que estaban muy de moda por aquel entonces.
El interior no era especialmente lujoso, aunque los materiales eran de muy buena calidad, pues el panel de instrumento estaba recubierto con maderas finas y el tapizado de los asientos de cubo contaba con tapicería de cuero en colores claros, dándole un ligero toque de refinamiento. En la parte inferior de la puerta lucía el nombre de Bugatti y en el lateral de los asientos el logo grabado de la marca daba el toque final.
El motor estaba montado de manera central, detrás de los asientos, otorgándole un centro de gravedad ultra bajo, que le permitía tomar las curvas a alta velocidad sin tener problemas de control, además en la parte trasera portaba un alerón dinámico que se activaba automáticamente al sobrepasar cierta velocidad para mejorar la carga aerodinámica.
Bajo el cofre, el poderoso V12 de 3.5 litros con 4 turbos, que entregaba una potencia máxima de 552 caballos de fuerza, se conectaba directamente a una transmisión manual de 6 velocidades que transmitía la potencia a las cuatro ruedas, impulsando al vehículo de 0 a 100 en tan solo 3.6 segundos, con una velocidad máxima de 336 kilómetros por hora.
Para el siguiente año, 1992, la firma franco-italiana lanzó al mercado el EB110 SS (Super Sport) el cual contaba un motor revisado que había mejorado su potencia, alcanzando los 603 caballos de fuerza, que se combinaba con una carrocería aligerada para entregar una aceleración de 0 a 100 en tan solo 3.2 segundos y una velocidad máxima de 348 kilómetros por hora, convirtiéndolo en el auto más rápido de su época.
Todos los números anteriores deberían parecer, en si mismos, suficientes para crear el automóvil perfecto con altas ventas, que financiara por si mismo el resurgimiento de una de las mejores marcas en la historia automotriz, sin embargo, el bajo presupuesto asignado para este proyecto devino en varios problemas para la empresa, misma que cerró sus puertas en 1995, dejando en el olvido el EB 110.
Un dato curioso sobre su nombre es que las siglas, claramente, están inspiradas en el nombre del fundador de la marca, Ettore Bugatti, mientras que la cifra 110 hacía alusión al 110 aniversario del nacimiento de este mismo personaje (1881) por lo que en realidad este súper car fue en si mismo un homenaje, uno muy bueno.
Ahora, a casi 30 años de su nacimiento, Bugatti ha decidido lanzar un nuevo modelo inspirado en el EB 110, el cual fue llamado Centodieci y busca celebrar el 110 aniversario de la fundación de la marca. Sin duda, una historia digna de conocer.
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