Renault Sport Spider: el deportivo austero que demostraba que menos es más
Renault es bien conocida por ser una de las marcas europeas más grandes y con décadas de historia. En el apartado deportivo también han escrito centenas de páginas con historia que va desde la Fórmula 1, hasta el rally y algunos modelos de calle con una gran base de fanáticos por todo el mundo. En 1995 le dieron al mundo un nuevo vehículo que simplemente se enfocaba en el placer de conducir, se trata del Renault Sport Spider. Acompáñanos a conocerlo.
Sin parabrisas, pero con la magia de la aerodinámica
El Renault Sport Spider nació como un concepto en 1990, dicho concepto llevó el nombre de "Laguna" y se trataba de un deportivo de dos plazas con un look futurista. Dicho concepto fue simplemente un ejercicio de diseño, pero durante 1993 se retomó la idea y se fue puliendo hasta que se presentó de forma oficial en 1995 durante el Auto Show de Ginebra.
Su producción se dio en Dieppe, sede de Alpine, estuvo en activo desde 1996 y hasta 1999. El Renault Sport Spider contaba con un chasis de aluminio ultra ligero que se complementaba con carrocería fabricada en plástico. El fin de este auto era ser lo más ligero posible. Contaba con una forma aerodinámica y ciertos elementos que buscaban darle gran manejo. Su peso total era de 930 kg al inicio, cuando no tenía un parabrisas, pues en su lugar había un par de difusores que enviaban el viento hacía arriba tratando de evitar que el flujo de aire llegara directo a la cabeza de los ocupantes.
Sin embargo, esta sistema no era tan eficiente como parecía, pues a pesar de tenerlo era obligatorio usar un casco si se manejaba el vehículo, pues tal vez cosas ligeras como los insectos, hojas y otras cosas podrían desviarse por la fuerza del viento. Lo que no lo haría serían rocas pequeñas o grava usada en las escapatorias de los circuitos.
El interior del auto definitivamente gritaba su enfoque al circuito, básicamente no tenía nada de equipo de confort. Es más fácil decir que sí tenía que lo que le faltaba. Sólo montaba dos asientos Recaro de tipo cubo, volante, velocímetro digital y otros dos relojes análogos simples para temperatura. La única otra comodidad era un ajuste de posición de pedales para intentar darle una posición correcta de manejo a su conductor.
Destaca que un poco más adelante de iniciada su producción, Renault ofreció de forma opcional el añadirle un parabrisas, mismo que ya tendría desempañador. Entre otros opcionales estaba la posibilidad de darle un volante con bolsa de aire, radio y un techo que se podría dejar puesto mientras se usaba. Antes ya contaba con uno, pero era obligatorio quitarlo al conducir. Una vez que se le dieron estos extras su peso llegó a los 965 kg.
Cuando hay poco peso, el poder no lo es todo
Algunas de las recetas más divertidas en coches deportivos es la que toma como ingrediente principal el peso bajo. Lotus, Ariel, Mazda, Porsche, en general muchas marcas lo han entendido y nos han dando autos que usan motores comunes con potencias relativamente bajas para un deportivo, pero que gracias al peso bajo del auto, su gran agilidad y puesta a punto hacen que simplemente no puedas quitarte la sonrisa de la cara una vez que empiezas a tomar curvas.
El Renault Sport Spider uso el mismo motor que montaba el Renault Clio Williams, un cuatro cilindros aspirado de 2.0 litros y 16 válvulas que producía 150 hp y 136 lb-pie de par. Este bloque se montaba de forma transversal al centro del vehículo y llevaba el poder al eje trasero a través de una caja manual de cinco velocidades. Con esto podía llegar a los 215 km/h.
Cabe destacar que al ser un vehículo tan austero y pensado en los conductores hardcore, prescindía de cosas como dirección asistida e incluso frenos ABS, se trataba de una de las experiencias más puras de conducción que alguien podía tener para usar en circuito y si se atrevía en carretera.
Del Renault Sport Spider se fabricaron poco más de 1,700 unidades, de las cuales un total de 80 se destinaron a un campeonato organizado por Renault en los que se les modificaba para añadir más poder y perder aún más pesos, llegando a tocar cifras de** 854 kg** y velocidades punta de hasta 251 km/h gracias a motores que pasaban ligeramente de los 200 hp.
El Renault Sport Spider enamoró a quienes se atrevieron a comprarlo y seguramente pudo tener un mayor éxito de no ser por otra marca que desde hace décadas había perfeccionado la receta del peso bajo, Lotus. La marca británica había puesto a la venta al famoso Elise poco después de que el Renault Sport Spider viera la luz, su éxito se dio ya que el Elise contaba con un poco más de comodidades que hacían más fácil vivir con él y conducirlo de forma más frecuente, además de ser más barato que la propuesta de Renault.