Analizamos la gama del Volkswagen Jetta 2019, un superventas con ánimo de superación personal
México está estrenando Volkswagen Jetta. Justo como lo comentábamos desde su lanzamiento en el Auto Show de Detroit hace un par de meses, la nueva generación aparece con un incremento importante en el precio, que llega a cambio de la promesa de un mayor equipamiento, mejor calidad y una talla que lo coloca como uno de los más largos de su categoría.
Si te has perdido los detalles, todo ya lo hemos contamos aquí. A manera de resumen, la gama está compuesta por tres versiones en un rango que inicia en $329,900 y termina en $422,900 pesos. Ahora utiliza la plataforma MQB y todas las versiones incluyen el motor turbo de 1.4 litros de 150 hp del Golf, con opción a transmisión manual de seis cambios o una automática Tiptronic del mismo número de marchas.
El Jetta 2019 es lo que debió haber sido hace años
El Volkswagen Jetta siempre se favoreció del talento del Golf, pero el camino de ambos modelos se separó en la sexta generación. Mientras el hatchback conservó la atención a los detalles y la vanguardia tecnológica, el sedán siguió el camino americano hacia la reducción de costos en favor de un mayor volumen de ventas. A la marca le funcionó de maravilla.
Hoy el rumbo ha cambiado. Lo que tenemos con la séptima generación del Volkswagen Jetta es la intención de reivindicarse con poco menos de lo que estrenó el Golf en México hace ya 4 años: plataforma MQB, motor TSI de 1.4 litros y buena atención a los acabados. Si ponemos en paralelo el estreno del motor 1.5 TSI EVO de 150 hp con desactivación de cilindros y la democratización de la transmisión de doble embrague en Europa, el Volkswagen Jetta 2019 empieza a parecer rezagado, pero la situación debemos analizarla desde una perspectiva más local.
Su motor TSI no es una joya tecnológica, pero es de los pocos propulsores turbo del segmento.
El Volkswagen Jetta sigue siendo un auto de mucho volumen con la responsabilidad de mantener su precio lo más bajo posible. Con el motor 1.4 TSI —que ya tenía en su generación anterior fuera de México— sigue siendo suficiente, sobre todo si ponemos en perspectiva al resto del segmento de los sedanes compactos, donde apenas el Honda Civic y el Chevrolet Cruze se han unido a la moda de los motores turbo.
Con una configuración tecnológicamente inferior a la del Golf, queda claro que Volkswagen quiso jugar a la segura. Se alinea a la plataforma MQB, pero se despide de la suspensión trasera independiente; noticia que no debería ser tan alarmante considerando la destreza con la que se mueve el SEAT León con esta misma configuración y que, sin embargo, enciende un foco al mirar que Honda Civic o Mazda3 sí la llevan y que el Jetta no cuesta dos pesos.
Pese a las similitudes, el nuevo Jetta no es del todo un Golf sedán.
Su transmisión tampoco es una oda a la tecnología. México se quedó sin caja DSG y sin el cambio Tiptronic de ocho velocidades que estrenará en Estados Unidos. En su lugar habrá una automática de seis velocidades muy probada a lo largo de los años, que no supone nada inferior a lo que hay en el segmento. No es la configuración ideal, pero el Jetta es víctima de su propio volumen de ventas: incorporar una transmisión inédita o una DSG susceptible a fallas por nuestras condiciones sociales y geográficas hubiera sido arriesgado, sobre todo cuando el auto se ha ganado una fama de confiable.
Al final, el Volkswagen Jetta VII no es precisamente un Golf con cajuela. Su configuración mecánica es eso que Volkswagen debió vendernos en 2010, cuando se estrenó la sexta generación, y que por el retraso tecnológico que adolece nuestro mercado, hoy puede seguir vigente —y relevante— para el lanzamiento del modelo 2019.
El equipamiento es muy completo, pero mira el precio
La cuarta y quinta generación del Volkswagen Jetta justificaba su ligero sobreprecio con equipamiento y calidad. Era fácil ser de los mejores cuando había pocos modelos que pudieran hacerle sombra —si acaso Chevrolet Astra, por ejemplo.
Hoy, en pleno 2018, la situación ha cambiado. Los rivales del Volkswagen Jetta son cada vez más y mejores. Basta echar un vistazo a un Mazda3 tal alabado —aun cuando se avecina su nueva generación—, a un KIA Forte que no deja de acumular ventas, un Hyundai Elantra con una brillante propuesta de valor, un Honda Civic que se reinventa con frescura y motor turbo, y un Ford Focus que se ha perdido en la invisibilidad, pero que no desencanta en tecnología ni manejo.
El equipamiento es bueno, pero el precio amerita más. ¿Su argumento? Un propulsor eficiente.
La configuración del Volkswagen Jetta 2019 en México, a decir verdad, nos parece buena. No aplaudiremos que ahora lleve control electrónico de estabilidad y seis airbags de serie, porque a este nivel hubiera sido ridículo no hacerlo. Era su obligación y la cumple. Lo que sí nos parece plausible es que desde el modelo base se incluyan faros de LED, interfaz App-Connect, control de velocidad crucero, sensor de luz, freno de estacionamiento automático y sistema start & stop.
La sombra llega cuando metemos a la ecuación al Mazda3, que por una etiqueta similar —entre $329,900 y $349,900— se manifiesta con un propulsor muy interesante y un chasís dispuesto a dibujar sonrisas y con suspensión trasera independiente. Su versión S, equiparable en precio, no lleva faros de LED, pero sí incluye sensor de lluvia, volante forrado en piel y sistema de navegación.
Honda Civic y Mazda3 sí llevan suspensión trasera independiente.
El KIA Forte, aun costando $20,000 menos, añade llave inteligente, espejos laterales abatibles eléctricamente, cajuela de apertura manos libres, cámara de reversa y sensores de proximidad delanteros y traseros. Aunque, eso sí, su motor dista de ser tan eficiente y enérgico como el del Volkswagen.
Ahora bien, si ponemos la lupa sobre el intermedio de la gama —llamado R-Line— encontraremos que la etiqueta se eleva hasta $372,900 para el modelo manual y $392,900 para el automático. Su equipamiento no pinta nada mal: hay un bloqueo electrónico de diferencial deportivo, tapicería en Leatheratte, llave inteligente, climatizador automático bizona, un avanzadísimo sistema de infotenimiento y hasta techo panorámico, pero Mazda nuevamente le hace sombra con un coche $30,000 más barato, de características similares y además sistema de sonido Bose de 9 bocinas, head-up display, cambios al volante y asientos calefactables —de ajuste eléctrico para el conductor.
En este rango de precios también figura el Honda Civic Turbo Plus —$402,900— que carece de faros de LED, pero ya incluye un propulsor más potente con 172 hp —aunque limitado por una transmisión CVT y con menos par que el de Volkswagen—, asistente de cambio de carril Honda Lane Watch y sistema de navegación. Y sí, también tiene suspensión trasera independiente.
Quizá el Jetta Highline sea el único sin un rival que lo haga temblar. Es costoso, sí, pero su equipamiento ya suena como el de un auto de segmento superior. Incluye monitoreo de punto ciego, alerta de tráfico cruzado trasero, iluminación ambiental en 10 colores, detector de cansancio, luces altas automáticas, espejo retrovisor electrocromático y asientos delanteros calefactables y ventilados. El Honda Civic Touring cuesta lo mismo y se queda corto en equipamiento.
El Volkswagen Jetta lleva el elixir del triunfo en su nombre
La generación anterior del Volkswagen Jetta nunca fue nuestro referente en seguridad, eficiencia ni equipamiento, pero logró codearse con el Nissan Sentra por el título del compacto más vendido de México. Que hoy hablemos de una oferta compuesta sólo por motores turbo, con (por fin) un equipo de seguridad adecuado y una apuesta así de alta por el equipamiento —con su debido costo— representa una gran noticia para que sus competidores, incluido el rezagado Sentra, tomen sus respectivas decisiones.
El Volkswagen Jetta puede darse el lujo de venderse unos pesos encima de sus competidores, sobre todo ahora que califica como competente en todas sus versiones. Puede que no sea lo más equipado que te lleves por ese precio, pero la combinación de la plataforma y el propulsor ya lo dejan como uno de los sedanes más interesantes del mercado, cuya arma letal se encuentra en el nombre.
Al final, por llamarse como se llama, acaparará un buen trozo de las ventas del segmento. Sus clientes son fieles y aquellos fanáticos que todavía se lo estén pensando dos veces, pueden caer convencidos al mirar el infotenimiento de 8 pulgadas, el techo panorámico y el motor turbo. Porque si el auto te gusta, queda poco por decir.
También es preciso mencionar que si hoy el Volkswagen Jetta nos parece caro, es porque ha sido el primero en renovarse. La gama del Honda Civic se mueve en un rango similar y ten por seguro que las nuevas generaciones de Mazda3 y KIA Forte —ambas a la vuelta de la esquina— vendrán acompañadas de precios superiores.
Por ahora se habla del lanzamiento de un Jetta Trendline, por debajo del actual Comfortline —y del que no sabemos nada al respecto— que quizá cubra la barrera de los 300,000 pesos. Para el hueco que queda entre Jetta y Vento, Volkswagen podría estar afinando el Virtus. Y, si no, dentro del grupo también tenemos al SEAT Toledo. A resumidas cuentas, mercadológicamente hablando, el Volkswagen Jetta 2019 da justo en el blanco.