Piensa en el último anuncio de autos que hayas visto. O el comercial de lo que sea. Seguramente habla de los beneficios de tal o cual producto y, de una forma u otra, intenta convencerte de que es el mejor. La publicidad es así, pero ¿podrías imaginar anuncios que utilicen los defectos como argumento? Hoy nadie se atrevería a hacerlo, pero el Vocho triunfó haciéndolo hace décadas.
Volkswagen era consciente de que su coche no era bonito ni amplio ni refinado. Era, a duras penas, un coche. Carismático, durable e icónico, pero el único motivo que impulsaba a su compra era su bajo precio. ¿Cómo hacer frente a sus carencias? Presumiéndolas, en vez de ocultándolas.
Lecciones del Vocho: si eres feo, ríete de eso
Así es como nos encontramos, por ejemplo, con un anuncio del Vocho en EE. UU., en plena época de furor por la llegada del hombre a la luna. Volkswagen aprovechó el momento para decir que "es feo, pero te lleva ahí" y posteriormente explicar que "la fealdad es sólo superficial" y, aunque nadie te volteará a ver en un Vocho, el auto es económico y de fácil mantenimiento. El anuncio concluye con "la fealdad no añade ningún costo extra al auto".
En otro anuncio, Volkswagen compara a su Vocho con el comediante Marty Feldman: "si él puede hacerlo, también el Volkswagen". ¿Qué marca se atrevería hoy a decirle a un actor que nadie lo va a confundir con un actor más guapo? Ninguna. Quizá ni Volkswagen, pero hace décadas lo hizo: Sin intención de faltarle al respeto, Mr. Feldman, pero nadie jamás lo confundiría con Gregory Peck, y aun así usted ha llegado a lo más alto gracias a su talento. Esa es exactamente la tranquilidad cuando haces un auto que se ve como el nuestro: el Volkswagen no es bonito, Mr. Feldman, pero tiene talento".
No sólo es feo, también es pequeño
A la agencia de publicidad de Volkswagen en aquella época no le bastó con utilizar la fealdad del Escarabajo como concepto para sus anuncios. También aprovechó su diminuto tamaño, en comparación con los enormes vehículos estadounidenses de aquellos años.
"Decían que no podía hacerse. No se podía". El anuncio muestra al basquetbolista Wilt Chamberlain de los Philadelphia 76ers intentando entrar al auto. El techo le llega a la cintura. Es una exageración, sí, pero Volkswagen se dio a entender: el jugador de 2.15 metros de alto no podría acomodarse en su pequeño Vocho, pero la mayoría de la gente sí.
En México también hubo una campaña similar. Hubo, por ejemplo, un anuncio que decía que al Vocho le faltaba mucho. El argumento es que, aunque no era un auto moderno, era un auto sencillo que no necesitaba de más piezas para funcionar. Era económico y eficiente.