Si la Luna los tiene ¿por qué México no puede tener sus propios cráteres baches? No exageramos cuando afirmamos que no existe un solo automovilista que no haya sido víctima de un bache, hoyo, cráter, agujero, o como le quieran llamar.
En México ya son una tradición las calles con baches. Lo hay de todos tipos, formas y profundidades.
Son parte del escenario urbano las calles o avenidas horriblemente parchadas. Surge un bache y a las mil, las autoridades acuden y realizan el típico rellenado, a las prisas y malhecho. Esa misma reparación temporal que desaparece durante la siguiente época de lluvias, dejando un bache aún más profundo y peligroso.
Hay algunos que son leves, pero hay algunos que se convierten en verdaderas trampas mortales cuando se llenan de agua. Imagina o recuerda la escena: vas manejando tranquilamente, escuchando tu música favorita, mientras afuera, el aguacero se abate sin piedad.
De pronto, entras confiado en un charco y ¡crash! Sobreviene el impacto, acompañado del angustiante sonido que te hace imaginar – en milésimas de segundo – llanta rota, rin partido, rótula hecha polvo y la consabida visita al taller.
El tema de los baches adquirió un nuevo cariz cuando semanas atrás, vecinos del municipio de Naucalpan se organizaron para realizar un inusual censo de baches. El resultado fue insólito: 11,182 hoyos o baches en las calles y avenidas de esta entidad.
Pero la cosa no paró ahí. Los vecinos se organizaron para formar el Movimiento Antibache Naucalpanse Organizado (MANO), con el fin de exigir a las autoridades una solución definitiva a este problema que trae en jaque a los automovilistas.
Esto nos lleva a formular la pregunta de la semana:
¿Has tenido una mala experiencia con un bache?
Además, los invitamos a compartir con Motorpasión México, fotos, videos o historias en nuestra cuenta de Twitter @MotorpasionMex, con el hashtag #BachesQueDuelen
Los invitamos a participar. Quien quita y en una de esas, las autoridades se dan cuenta y tapan, de una vez por todas, esos horribles baches que “adornan” nuestras calles.
